Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), expresó enfáticamente que Venezuela no necesita un “certificado de buena conducta” por parte de la Unión Europea (UE). En sus declaraciones, Cabello criticó la postura de la UE y reiteró la negativa del gobierno venezolano a permitir la intromisión de otros países en sus asuntos internos, especialmente en el proceso electoral.
Observadores internacionales y soberanía nacional: Invitación selectiva
Según Cabello, Venezuela ha extendido invitaciones a observadores internacionales para las próximas elecciones, pero rechaza cualquier intento de supervisión o intervención por parte de países extranjeros.
“Nosotros nos negamos rotundamente a que un país o un grupo de países quieran venir a tutelar las elecciones en Venezuela”, afirmó. Para el líder del PSUV, la participación de observadores debe ser respetuosa de la soberanía venezolana y no puede implicar condicionamientos externos.
Decisiones unilaterales de la UE
Cabello criticó a la UE por tomar decisiones unilaterales y mantener sanciones contra funcionarios venezolanos, incluido el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE).
“¿Cómo es posible que la UE mantenga sanciones contra el presidente del CNE con quien iban a firmar acuerdos?”, cuestionó. Además, subrayó que Venezuela no requiere la aprobación de la UE para validar su proceso electoral.
Impacto de las sanciones y financiamiento externo
El dirigente del PSUV también se refirió a las más de 900 sanciones unilaterales impuestas a Venezuela, las cuales, según él, buscan obstaculizar el desarrollo económico del país.
“Nos impiden vender el petróleo, oro, gas, firman licencias absurdas a empresas que quieran venir a invertir, se le bloquean las cuentas a los empresarios, es una persecución contra quien quiera venir a Venezuela”, denunció Cabello. Estas sanciones, en su opinión, forman parte de una estrategia para desestabilizar el gobierno venezolano y crear incertidumbre en el país.
Financiamiento a la oposición
Cabello acusó a la oposición venezolana de recibir financiamiento extranjero, específicamente de los Estados Unidos, con el objetivo de desestabilizar al gobierno.
“La oposición venezolana ha recibido financiamiento extranjero, de los Estados Unidos, para desestabilizar gobiernos y crear zozobra en Estados en los que no pueden dominar”, aseguró. Esta influencia externa es vista por el gobierno como una amenaza a la estabilidad y soberanía de Venezuela.
Unidad del PSUV y fragmentación de la oposición
En sus declaraciones, Cabello resaltó la unidad dentro del PSUV y sus aliados, mencionando que el partido ya tiene un candidato apoyado por 13 agrupaciones políticas. Esto contrasta con la oposición, que según Cabello, está fragmentada en múltiples candidatos.
“Para el 28 de julio nosotros tenemos un candidato, apoyado por 13 agrupaciones políticas, a diferencia de ellos que quedaron en 9 candidatos muy dispersos y peligrosos”, señaló. Esta división, argumenta Cabello, refleja la debilidad y falta de cohesión dentro de la oposición venezolana.
Memoria del Golpe de Estado de 2002
Cabello también recordó el intento de golpe de Estado en 2002, señalando que muchos de los actores de entonces siguen activos en la política actual. “Son los mismos que dieron el golpe de Estado en el 2002, hoy un sector de ellos está en la Asamblea Nacional”, afirmó. Esta referencia histórica busca enfatizar la desconfianza del PSUV hacia ciertos sectores de la oposición y su aparente recurrencia a tácticas desestabilizadoras.
Las declaraciones de Diosdado Cabello refuerzan la postura del gobierno venezolano de rechazar cualquier forma de injerencia extranjera en sus procesos internos, especialmente en el ámbito electoral. La insistencia en la soberanía y la crítica a las sanciones y al financiamiento externo de la oposición son ejes centrales del discurso del PSUV en su defensa del modelo político venezolano.