En un emotivo acto realizado en Villa Bahareque, municipio Junín del estado Táchira, las familias de los 14 venezolanos que perdieron la vida en un incendio en Chile hace siete meses finalmente pudieron sepultar las cenizas de sus seres queridos. El evento estuvo marcado por la tristeza y el recuerdo de aquellos que partieron con la esperanza de un futuro mejor.
Un viaje de esperanza truncado: Migración y sueños
Los 14 fallecidos, oriundos de Villa Bahareque, emigraron a Chile con la ilusión de mejorar sus vidas y alcanzar metas significativas. “Recordamos todos los sueños, con toda la esperanza con la que se fueron, con todos esos propósitos que se fueron a Chile.
Y ver que volvieron de esta forma llena nuestros corazones de una tristeza enorme. Ellos querían lograr un objetivo y lucharon por ello, pero tristemente no lo consiguieron”, expresaron con pesar sus familiares durante la ceremonia.
Ceremonia y reflexiones
El acto velatorio se desarrolló en un ambiente de profundo dolor y reflexión. Los presentes dedicaron oraciones y entonaron canciones en memoria de los fallecidos, rogando por el descanso eterno de sus almas.
“Los recordamos como esas personas amorosas, cariñosas y trabajadoras que forman parte de nuestras vidas y a quienes amaremos por siempre”, afirmaron los familiares, destacando las cualidades y el legado de quienes ya no están.
Agradecimientos y reconocimientos
Durante el evento, las familias expresaron su gratitud hacia la Cancillería de Venezuela en Chile y a todas las personas y entidades que colaboraron en los trámites y gestiones necesarios en estos momentos de profunda angustia. Este apoyo fue fundamental para que los restos de sus seres queridos pudieran finalmente regresar a casa. “Para las familias, no es el regreso a casa que esperaban, porque los planes eran que regresaran con sus objetivos alcanzados, como los soñaron cuando planearon ir a Chile. Por fin están con nosotros y pueden descansar en paz en su tierra, en Venezuela”, manifestaron con emotividad.
Una tragedia que marcó vidas
El incendio que segó la vida de estos 14 tachirenses ocurrió en la provincia chilena de Coronel, donde residían desde hacía poco tiempo. La tragedia consumió la vivienda en la que se encontraban, resultando en la muerte de seis adultos y ocho menores. Este suceso ha dejado una profunda huella en la comunidad de Villa Bahareque y en todas las familias afectadas.
El sepelio de las cenizas de estos 14 venezolanos en su tierra natal fue un acto cargado de dolor y significados profundos. Representó no solo la conclusión de un trágico capítulo, sino también un momento de unidad y recuerdo para una comunidad que seguirá luchando por mantener vivos los sueños y las memorias de aquellos que partieron en busca de un futuro mejor.
