El brutal asesinato de Jocelyn Nungaray, una niña de 12 años, en Houston, Texas, ha reavivado el acalorado debate sobre la inmigración entre el expresidente Donald Trump y el actual mandatario Joe Biden. Este crimen, perpetrado por dos inmigrantes venezolanos indocumentados, ha puesto nuevamente en el centro de atención la política de seguridad fronteriza de Estados Unidos, a solo cinco meses de las elecciones presidenciales.
El crimen y sus implicados
Jocelyn Nungaray fue encontrada estrangulada en un arroyo de Houston el lunes de la semana pasada. Por este crimen, la policía ha arrestado a Johan José Martínez-Rangel, de 22 años, y Franklin Peña Ramos, de 26, ambos inmigrantes ilegales de Venezuela.
Según el Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, Martínez-Rangel fue detenido inicialmente por la Patrulla Fronteriza el 14 de marzo cerca de El Paso, Texas, y liberado bajo fianza. Peña fue arrestado el 28 de mayo en la misma área y también liberado bajo condiciones similares. No se sabe con certeza cuándo llegaron a Houston, que está a más de 1,200 kilómetros de El Paso.
Impacto político en la campaña presidencial
El asesinato de Jocelyn Nungaray ha intensificado la confrontación política entre Trump y Biden. Este tema es especialmente sensible en un año electoral donde la inmigración y la seguridad fronteriza son asuntos clave. Una encuesta de NBC News realizada en abril reveló que el 22% de los votantes considera que la inmigración es el problema más urgente en Estados Unidos.
Trump ha aprovechado el caso para criticar las políticas de Biden, acusándolo de permitir un flujo descontrolado de inmigrantes indocumentados que pone en peligro la seguridad de los estadounidenses. En su plataforma Truth Social, Trump calificó el incidente como una consecuencia directa de las políticas del actual presidente y prometió implementar la mayor operación de deportación en la historia del país si es reelegido.
Respuesta de la administración Biden
Por su parte, un portavoz de la Casa Blanca expresó sus condolencias a la familia de Jocelyn Nungaray y subrayó que cualquier persona culpable de un crimen tan atroz debe enfrentar todo el peso de la ley.
La administración Biden ha señalado a Trump por bloquear un acuerdo bipartidista en el Congreso que buscaba mejorar la seguridad fronteriza mientras se proporcionaba ayuda a Ucrania. Lauren Hitt, portavoz de la campaña de Biden, acusó a Trump de hacer que los estadounidenses estén menos seguros al obstaculizar soluciones legislativas.
Otros casos y la percepción pública
Trump no solo se refirió al caso de Jocelyn Nungaray durante su discurso en Filadelfia, sino también mencionó otros incidentes criminales cometidos por inmigrantes indocumentados, como el arresto de un ecuatoriano acusado de violar a una niña de 13 años en Nueva York y los cargos contra un salvadoreño por el asesinato de Rachel Morin en Maryland. Estas referencias buscan reforzar su argumento de que la inmigración descontrolada es una amenaza para la seguridad pública.
Sin embargo, NBC News destacó que una revisión de datos muestra una disminución general en los niveles de delincuencia en las principales ciudades que han recibido más migrantes procedentes de Texas, como Chicago, Nueva York y Washington D.C. Este dato contrasta con la narrativa de Trump y pone en tela de juicio la relación directa entre la inmigración y el aumento de la criminalidad.
El asesinato de Jocelyn Nungaray no solo es una tragedia personal para su familia, sino que también ha exacerbado el ya intenso debate sobre la política migratoria en Estados Unidos. A medida que se acercan las elecciones presidenciales, la seguridad fronteriza y la inmigración seguirán siendo temas centrales que enfrentan a republicanos y demócratas, con el crimen de Jocelyn como un doloroso recordatorio de las complejidades y desafíos en juego.