En lo que va de 2024, Venezuela ha sido escenario de una serie de infanticidios que han conmocionado a la sociedad. Un recuento realizado por El Pitazo reveló la alarmante cifra de diez fallecimientos infantiles, con la mitad de estos ocurriendo solo en el mes de junio. La mayoría de estos crímenes fueron perpetrados por familiares cercanos, lo que destaca la peligrosa vulnerabilidad de los niños en su propio hogar.
Una cifra alarmante
La investigación de El Pitazo arrojó una cifra perturbadora: diez infanticidios en solo seis meses. Este dato es especialmente impactante considerando que cinco de estos crímenes tuvieron lugar en junio. La ausencia de estadísticas oficiales sobre infanticidios en Venezuela agrava la situación, dejando a la sociedad dependiente de datos recopilados por medios y organismos no gubernamentales.
En siete de los casos, los responsables directos fueron padres y padrastros de las víctimas. Estos individuos fueron arrestados por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). La implicación de familiares directos subraya la extrema vulnerabilidad de los niños dentro de su propio entorno familiar. Esta realidad inquietante refleja una tendencia donde los menores están expuestos a peligros graves provenientes de aquellos que deberían protegerlos.
Falta de prevención y negligencia Estatal
La Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna) y los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) señalan que la negligencia del Estado, cuidadores y el entorno en general para prevenir estos delitos es una de las causas principales de estos trágicos eventos.
La ausencia de medidas preventivas y de una protección efectiva por parte del Estado crea un entorno propicio para la criminalidad doméstica. La falta de recursos y programas de apoyo para familias vulnerables contribuye a un ciclo de violencia y desprotección.
Vulnerabilidad en el hogar
La relación entre los agresores y las víctimas pone de manifiesto la frágil situación de los niños en Venezuela. Estar bajo el cuidado de personas que, en muchos casos, terminan siendo sus agresores, evidencia una falla estructural en el sistema de protección infantil. Los niños están expuestos a un alto riesgo dentro de su propio hogar, un lugar que debería ser su refugio seguro.
El creciente número de infanticidios en Venezuela es un llamado urgente a la acción. Las autoridades y organizaciones de derechos humanos deben trabajar conjuntamente para establecer mecanismos efectivos de prevención y protección. Es esencial la implementación de políticas públicas que aborden las raíces del problema, incluyendo la pobreza, la falta de educación y el acceso limitado a servicios de salud mental y apoyo familiar.
Los infanticidios en Venezuela representan una crisis que requiere una respuesta inmediata y decidida. La protección de los niños debe ser una prioridad nacional, con un enfoque en la prevención y la creación de un entorno seguro para los menores. La implementación de medidas efectivas y el fortalecimiento del sistema de protección infantil son esenciales para detener esta tragedia silenciosa. Es imperativo que tanto el Estado como la sociedad civil trabajen juntos para garantizar el bienestar y la seguridad de los niños en Venezuela, asegurando que el hogar sea verdaderamente un lugar seguro.