La seguridad en los refugios para migrantes en Nueva York ha sido objeto de intenso escrutinio luego de las impactantes declaraciones de un detenido, quien alegó que una pandilla venezolana, mejor conocida como El Tren de Aragua, estaba contrabandeando armas a estas instalaciones. Las autoridades han respondido con medidas de seguridad más estrictas y llamados a una mayor supervisión.
Acciones inmediatas tras el incidente
La situación se intensificó cuando Bernardo Raúl Castro Mata, un joven de 19 años que había residido en un refugio de East Elmhurst, fue acusado de disparar a dos policías de Nueva York.
Mata afirmó que la pandilla venezolana Tren de Aragua utilizaba bolsas de entrega de alimentos para contrabandear armas a sus miembros dentro de los refugios. Esta alarmante, aunque aún no confirmada, declaración ha generado preocupación tanto entre los ciudadanos como entre los legisladores.
Refuerzos en la seguridad
En respuesta al incidente, los guardias de seguridad del refugio de East Elmhurst han recibido un “reentrenamiento” en el uso de varitas portátiles y técnicas de escaneo de pertenencias.
Las autoridades han implementado un magnetómetro y rayos X para detectar armas, con el objetivo de evitar futuros incidentes similares. Estos esfuerzos buscan asegurar que los refugios sean espacios seguros tanto para los residentes como para el personal que los supervisa.
Reacciones de los legisladores
La concejal Joann Ariola, republicana de Queens, ha sido una de las voces más críticas respecto a la gestión de la seguridad en los refugios. Ariola ha señalado que los delincuentes violentos se están aprovechando de un sistema demasiado indulgente, lo que pone en riesgo no solo a los residentes de los refugios sino también a las comunidades locales.
“Los que tienen el poder están siendo engañados basándose en el sistema de honor”, declaró Ariola, subrayando la necesidad de un control más riguroso.
Problemas de seguridad persistentes
Los refugios para migrantes en Nueva York no son ajenos a los problemas de seguridad. Han sido escenario de apuñalamientos, peleas y ataques a policías y guardias de seguridad, quienes ganan hasta 117 dólares la hora. Estos incidentes han generado una sensación de inseguridad tanto dentro de los refugios como en los vecindarios circundantes. La policía de Nueva York ha intensificado su ofensiva contra los atracos a mano armada por parte de bandas de inmigrantes en ciclomotores, una medida que busca contener la creciente violencia.
Muchos residentes y políticos locales sostienen que la inseguridad de los refugios está afectando negativamente a los barrios aledaños. La percepción de anarquía se ha extendido, alimentada por los constantes informes de delitos violentos y la presencia de pandillas. Esta situación ha llevado a un clamor por políticas más efectivas y una mayor vigilancia en los refugios para migrantes.
El incidente protagonizado por Bernardo Raúl Castro Mata ha encendido las alarmas sobre la seguridad en los refugios para migrantes de Nueva York. Las autoridades han intensificado las medidas de seguridad, pero queda claro que se necesitan esfuerzos continuos y coordinados para garantizar la seguridad de todos los involucrados. Mientras tanto, la comunidad sigue demandando soluciones que aseguren la paz y la seguridad tanto dentro como fuera de estos refugios.