El Consejo Noruego para los Refugiados ha emitido una advertencia urgente sobre el preocupante descenso en la financiación global destinada a la ayuda humanitaria en países en conflicto y crisis. Hasta la fecha, solo ha llegado el 18 % (equivalente a 9 mil millones de euros) de los 48 mil 700 millones necesarios para cubrir las necesidades humanitarias más apremiantes.
Un panorama desolador
Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, destacó en un comunicado la creciente disparidad entre las necesidades de ayuda vital y la financiación disponible.
“En tiempos en los que el mundo se desmorona para millones de personas, asistimos a una creciente tendencia al abandono internacional. Nunca antes había visto una brecha tan flagrante entre la necesidad de ayuda vital y la financiación disponible”, expresó Egeland.
Insuficiencia global
El nivel de ayuda humanitaria a nivel mundial es completamente insuficiente. Mientras algunas crisis reciben atención y recursos, la mayoría permanecen olvidadas.
Egeland señaló que esta brecha entre las crecientes necesidades y los fondos disponibles ha aumentado en la última década, con el año pasado marcando el primer descenso real en la cantidad de financiación de los llamamientos humanitarios.
Perspectivas desalentadoras
Las perspectivas para este año son aún más sombrías. Es probable que un mayor número de personas en situación de extrema necesidad se queden sin ningún tipo de ayuda.
Además, la falta de financiación humanitaria se agrava en varios países debido a los recortes o la suspensión de la ayuda al desarrollo, según un informe reciente del Consejo Noruego para los Refugiados. La financiación de la ayuda humanitaria a menudo se distribuye de manera desigual, lo que deja a muchas crisis drásticamente infrafinanciadas. En 2023, casi la mitad de los fondos se destinó a solo cinco emergencias: Ucrania, Siria, Yemen, Afganistán y los territorios palestinos ocupados.
Venezuela entre las más afectadas
Entre las crisis más infrafinanciadas se encuentra Venezuela, con solo un 10 % de financiación del Plan de Respuesta Humanitaria. Esta situación crítica se refleja también en otros países como Burkina Faso (16 %), Sudán (17 %), Myanmar/Birmania (12 %), Etiopía (14 %) y El Salvador (14 %).
La crisis humanitaria en Venezuela continúa siendo una de las más graves y menos atendidas a nivel mundial. La falta de fondos ha impedido que se proporcionen servicios esenciales a millones de personas, exacerbando la crisis de salud, alimentación y seguridad. La limitada financiación disponible no solo restringe las operaciones de ayuda, sino que también aumenta la vulnerabilidad de la población frente a nuevas emergencias.
Necesidad de un compromiso global
La comunidad internacional debe reconocer la urgente necesidad de aumentar la financiación humanitaria y asegurar una distribución equitativa de los recursos. La situación en Venezuela y otros países infrafinanciados requiere una respuesta coordinada y sostenible para prevenir el colapso total de las capacidades de respuesta humanitaria.
El alarmante descenso en la financiación global para la ayuda humanitaria pone en riesgo a millones de personas en países en crisis. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para cerrar la brecha entre las necesidades crecientes y los recursos disponibles, asegurando que ninguna crisis quede olvidada. La situación en Venezuela y otros países infrafinanciados debe ser una prioridad para evitar una catástrofe humanitaria de mayor magnitud.