El gobierno de Panamá, encabezado por el presidente José Raúl Mulino, ha dejado claro que los vuelos de repatriación de migrantes irregulares no tendrán como destino Venezuela, sino Colombia. Esta decisión forma parte de la estrategia panameña para gestionar el creciente flujo migratorio a través de la peligrosa selva del Darién, que sirve como frontera natural con Colombia. Mulino subrayó que, aunque los migrantes provengan de diferentes nacionalidades, todos serán devueltos a territorio colombiano, desechando por ahora la posibilidad de rutas hacia Venezuela.
Decisión de Panamá de enfocar los vuelos a Colombia
El presidente Mulino anunció que, debido a la geografía y las rutas migratorias predominantes, Panamá solo realizará vuelos de repatriación hacia Colombia. Explicó que todos los migrantes que ingresan al país lo hacen a través de la selva del Darién, viniendo desde Colombia, y no desde Venezuela.
“No tenemos frontera con Venezuela, es Colombia, y sí se está arreglando ese tema”, afirmó el mandatario en una conferencia de prensa, dejando claro que Panamá no considera necesario organizar vuelos hacia Venezuela en este momento.
Acuerdos internacionales y financiación estadounidense
Esta decisión se enmarca en un acuerdo internacional en el que Estados Unidos juega un papel fundamental. El gobierno estadounidense se comprometió a financiar el programa de repatriación con una inversión de seis millones de dólares. Sin embargo, no entregarán estos fondos directamente al gobierno panameño, sino que los administrarán para cubrir los costos del programa.
Durante la visita de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, se discutió este acuerdo, aunque Panamá aún espera la firma del memorándum de entendimiento (MoU) que oficialice la colaboración. Mulino destacó que Panamá ya ha cumplido con todos los requisitos y ahora depende de Estados Unidos avanzar en el proceso.
Contexto migratorio en la selva del Darién
La selva del Darién ha sido, en los últimos años, un punto crítico para la migración irregular en la región. Según datos del gobierno panameño, durante el primer semestre del año, más de 150,000 migrantes atravesaron esta peligrosa ruta, y la cifra superó el medio millón en todo el 2023. Mulino, que llegó al poder con la promesa de controlar el flujo migratorio a través del Darién, ha implementado medidas más estrictas para evitar que los migrantes utilicen esta ruta. El presidente ha insistido en varias ocasiones que la selva del Darién “no es una ruta de tránsito” y ha reforzado las políticas para desalentar el ingreso de migrantes por esta vía.
La decisión de Panamá de enfocar los vuelos de repatriación en Colombia y no en Venezuela refleja una estrategia basada en la realidad geográfica y las rutas migratorias actuales. Con el apoyo financiero de Estados Unidos y un enfoque firme en controlar el flujo migratorio a través del Darién, el gobierno de Mulino busca manejar de manera más efectiva la compleja situación migratoria que enfrenta el país. Sin embargo, la implementación completa de esta estrategia aún depende de la formalización de acuerdos internacionales que están en proceso de negociación.