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La industria gráfica venezolana enfrenta una crisis estructural

La industria gráfica
La industria gráfica

La industria gráfica en Venezuela ha visto una disminución significativa en su capacidad operativa, lo que impacta negativamente en su competitividad a nivel regional. Attilio Granone, presidente de la Asociación de Industriales de Artes Gráficas de Venezuela (Aiag), señaló que, a pesar de contar con un potencial técnico de alto nivel, la producción en el país se encuentra gravemente reducida en comparación con otras naciones.

En contraste con países vecinos como Colombia, que han logrado mantener su industria gráfica en un 73% de su capacidad operativa, Venezuela apenas alcanza el 30%. Este déficit responde a una serie de obstáculos estructurales y fiscales que limitan el desarrollo del sector.

Una capacidad técnica desaprovechada para la industria gráfica

A pesar de las dificultades, Granone destacó que el país cuenta con un nivel de conocimiento y herramientas técnicas que le permitirían competir con otras naciones de la región.

Los profesionales gráficos venezolanos están altamente capacitados y disponen de las habilidades necesarias para realizar trabajos de calidad que cumplan con los estándares internacionales. Sin embargo, este talento se ve subutilizado debido a la baja capacidad operativa del sector.

La situación actual no es un reflejo de la falta de preparación o infraestructura, sino de los obstáculos económicos y fiscales que han debilitado la producción.

Mientras que en países como Colombia la industria gráfica sigue funcionando a gran escala, en Venezuela se lucha contra dificultades externas que han hecho casi imposible mantenerse a flote.

Diferencias con países vecinos

Granone señaló a Colombia como un ejemplo de éxito en la región. En este país, el 73% de la capacidad industrial gráfica está en uso, lo que le permite competir de manera efectiva tanto en el mercado interno como en el internacional.

Una de las principales ventajas que tiene la industria gráfica colombiana es la producción local de papel, lo que reduce significativamente los costos y facilita la producción a gran escala.

En contraste, Venezuela depende en gran medida de la importación de insumos como el papel, lo que encarece el proceso de producción.

El costo del papel, junto con los elevados impuestos aduaneros —como el 15% de IVA aplicado a los productos importados—, limita aún más la capacidad de las empresas para producir a un nivel competitivo.

La carga fiscal como barrera para la industria gráfica

Uno de los principales problemas que enfrenta la industria gráfica venezolana es el alto costo de los insumos debido a las políticas fiscales vigentes. A diferencia de Colombia, donde los productores no tienen que importar insumos esenciales, en Venezuela, las empresas deben asumir no solo el costo de importación, sino también los impuestos adicionales que se aplican en las aduanas.

Granone hizo hincapié en que el 15% de IVA cobrado sobre el papel importado no es recuperable, lo que representa una carga económica que reduce la competitividad de los productos nacionales.

Este impuesto se suma a otros costos de operación en un contexto de hiperinflación y crisis económica, lo que hace que muchas empresas se vean obligadas a reducir su producción o cerrar sus puertas.

Sin medidas fiscales que alivien esta carga, la industria gráfica seguirá enfrentando serias dificultades para reactivarse y competir en un mercado regional cada vez más exigente.

Políticas públicas necesarias para salvar el sector

Granone instó a las autoridades a implementar políticas públicas adecuadas que permitan reactivar la industria gráfica y, por ende, mejorar la productividad del sector.

La falta de una política fiscal favorable y de incentivos para la producción ha sido uno de los factores que ha contribuido a la caída de la capacidad industrial en el país.

La industria gráfica, al igual que muchos otros sectores en Venezuela, necesita un apoyo gubernamental más sólido que incluya la reducción de impuestos a los insumos importados y la creación de incentivos fiscales que permitan a las empresas aumentar su producción sin enfrentar cargas adicionales.

Perspectivas a corto y mediano plazo

El futuro de la industria gráfica en Venezuela depende en gran medida de la capacidad del gobierno para implementar las reformas necesarias.

Granone sugirió que se necesitan cambios estructurales que incluyan la facilitación de la importación de insumos sin impuestos que limiten la competitividad, así como el fomento de la producción local de materiales esenciales como el papel.

El sector gráfico venezolano se encuentra en una encrucijada: a pesar de contar con capacidad técnica e intelectual de alto nivel, las limitaciones económicas y fiscales impiden su desarrollo. Las políticas públicas deben centrarse en aliviar las cargas fiscales que asfixian a la industria y en incentivar la producción local.

Solo así se logrará aumentar la competitividad de los productos nacionales y reactivar un sector que, aunque debilitado, tiene el potencial para crecer. El gobierno debe priorizar la creación de un ambiente más favorable para los industriales gráficos, lo que no solo beneficiará al sector, sino también a la economía venezolana en su conjunto.