Maikol Jiménez, en una traición desgarradora, asesinó a su amigo de toda la vida, Alberto Sandrea, de 64 años, con el propósito de robarle. El crimen, ocurrido en la vivienda de la víctima en Guarenas, Miranda, el pasado 24 de agosto, ha conmocionado a la comunidad. Jiménez, quien aprovechó la confianza de Sandrea, planeó meticulosamente el homicidio para apoderarse de dinero en moneda extranjera y otras pertenencias valiosas.
Planificación y ejecución del crimen del amigo
El trágico suceso se produjo en la urbanización Nueva Casarapa, en el sector El Alambique de Guarenas. Según la investigación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Jiménez había mantenido una relación cercana con Sandrea durante años. Aprovechando esta amistad, Jiménez estudió el entorno y las propiedades de su amigo con la intención de robarle.
El 24 de agosto, Jiménez visitó a Sandrea como era habitual, pero esta vez con un propósito oscuro. Armado con una pistola, se preparó para llevar a cabo el robo. Sin embargo, el plan se vio retrasado por la presencia de la señora encargada de la limpieza en la residencia. La presencia de la mujer obligó a Jiménez a esperar, lo que le dio tiempo para planificar mejor su acción.
La traición fatal del amigo
Tras la salida de la señora de mantenimiento, Jiménez decidió acompañarla a realizar algunas compras, ganando tiempo para llevar a cabo su plan con mayor precisión. De regreso a la vivienda, Jiménez esperó un momento oportuno para atacar. Aprovechando un descuido de Sandrea, le disparó en un ataque sorpresivo que le costó la vida de manera instantánea.
Luego del asesinato, Jiménez no solo robó dinero en moneda extranjera, sino también varios objetos personales de Sandrea. Al día siguiente, comenzó a comercializar las pertenencias robadas dentro de su círculo cercano, sin que los compradores sospecharan la procedencia ilícita de los artículos. Además, utilizó las tarjetas bancarias de la víctima para realizar compras adicionales.
Captura del culpable y cómplice
El CICPC, a través de su división de homicidios y la coordinación de Guarenas, realizó una investigación exhaustiva que culminó en la detención de Jiménez. Durante la operación, también fue arrestado Wilber Ruiz, de 39 años, quien había facilitado el arma de fuego a Jiménez. Ruiz, con antecedentes por posesión de armas, tráfico de drogas y lesiones, fue igualmente implicado en el caso.
La captura de ambos individuos pone fin a un caso que ha desvelado la brutalidad de la traición entre amigos, motivada por la avaricia. Las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer todos los aspectos del caso y garantizar que se haga justicia por la muerte de Alberto Sandrea.
Reflexión y consecuencias
El asesinato de Alberto Sandrea pone de manifiesto la capacidad de la codicia humana para desatar actos de violencia extrema. La confianza rota y la traición culminaron en una tragedia que afecta no solo a las familias directamente involucradas, sino a toda la comunidad. Las acciones de Jiménez y su cómplice revelan una alarmante falta de ética y humanidad, mientras las autoridades buscan asegurar que se haga justicia por esta pérdida irreparable.
