El caso de Keyner Saul Pérez, un niño de tan solo 9 años, sacudió fuertemente a la comunidad de Guarenas y generó una ola de indignación y tristeza en el país. Su trágica muerte no solo dejó a una familia devastada, sino que también puso en evidencia la crudeza de la violencia intrafamiliar. A continuación, se detalla cómo las autoridades lograron esclarecer este horrendo asesinato y la aplicación de justicia al responsable.
El descubrimiento del crimen en Guarenas
El 19 de junio, Luis Manuel Mejías Indriago, padrastro del pequeño Keyner, fue a recogerlo al colegio, como cualquier otro día. Sin embargo, lo que siguió fue un proceder lleno de crueldad que culminó con la pérdida de una joven vida. Una vez llegaron a la vivienda en el sector Las Clavellinas de Guarenas, Mejías se molestó debido a que el niño no le obedecía. En un acto de brutalidad, lo golpeó ferozmente en el cráneo, causando su muerte de inmediato.
Sin saber cómo manejar la situación, Mejías tomó el cuerpo del niño, lo envolvió en un edredón y lo metió en una maleta. Luego, decidió deshacerse del cuerpo abandonándolo en el sector Quebrada Seca, a lo largo de la carretera nacional Petare-Guarenas. Para mantener su coartada, Mejías informó a su pareja que Keyner había sido secuestrado.
La investigación y encuentro del cuerpo en la carretera Petare- Guarenas
Agentes de la Policía Nacional Bolivariana, específicamente de la División de Investigación Penal y de la División Contra el Secuestro y la Extorsión, condujeron la investigación. La madrugada del 22 de junio, encontraron el cadáver del niño cerca del cementerio El Cercado, despertando consternación y horror en la comunidad. A partir de ese momento, las autoridades redoblaron esfuerzos para esclarecer los hechos y hallar al culpable.
Luis Mejías, al ser interrogado por los investigadores, finalmente confesó el crimén. Su confesión no solo permitió cerrar el caso con celeridad, sino que también impedía más sufrimiento para la familia de Keyner, quienes merecían respuestas y justicia.
El juicio y la condena
El caso fue remitido a la Fiscalía 21 del estado Miranda, donde se presentaron cargos formales contra Mejías. En el juicio, se le imputaron delitos de homicidio intencional calificado por motivos fútiles y simulación de hecho punible, contemplando una pena severa debido a la naturaleza del crimen.
El juez encargado del caso sentenció a Luis Manuel Mejías Indriago a pasar 23 años y ocho meses en prisión. Esta condena busca no solo castigar al responsable por quitarle la vida a un inocente, sino también servir como un precedente en la lucha contra la violencia dentro del hogar, reafirmando que estos actos de barbarie no quedarán impunes.
El asesinato de Keyner Saul Pérez es un testimonio desgarrador de cómo la violencia doméstica puede destruir vidas. Más allá de los resultados judiciales, este caso subraya la necesidad urgente de desarrollar mecanismos más eficaces de protección infantil y sensibilización sobre la violencia intrafamiliar. La severa condena impuesta a Luis Mejías refleja un compromiso con la justicia y con la protección de los más vulnerables, recordándonos a todos la importancia de no bajar la guardia en la lucha contra la violencia en cualquiera de sus formas.