Un conjunto de organizaciones internacionales, académicas y de la sociedad civil de América Latina ha lanzado el Observatorio de Movilidad Humana del Darién. Este nuevo proyecto, inaugurado el 11 de septiembre, tiene como propósito monitorear y compartir información actualizada sobre la situación migratoria en una de las rutas más peligrosas del continente. La iniciativa busca mejorar la comprensión de las dificultades que enfrentan los migrantes que atraviesan el Darién y otras rutas alternas, ofreciendo soluciones basadas en derechos humanos.
El Darién: una ruta de alto riesgo
La región del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá, es conocida por ser una de las rutas migratorias más peligrosas de América Latina. Quienes transitan por este territorio enfrentan múltiples riesgos, incluyendo violencia, condiciones climáticas extremas y la amenaza de grupos armados. Según el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), el paso por esta zona coloca a los migrantes en una situación de vulnerabilidad extrema, donde se ven obligados a tomar decisiones peligrosas para sobrevivir.
Las organizaciones involucradas en la creación del Observatorio destacan que los Estados, incluso aquellos que actúan como países de tránsito, tienen la responsabilidad de garantizar el acceso de los migrantes a derechos fundamentales como refugio, atención médica y alimentación. Sin embargo, la falta de políticas migratorias adecuadas ha obligado a muchas personas a buscar rutas más riesgosas, como las marítimas.
Incremento de la violencia en la ruta migratoria del Darién
Un aspecto preocupante en la crisis migratoria es el aumento de la violencia, especialmente la violencia sexual. Según datos de Médicos Sin Fronteras, en lo que va del año, se han registrado 328 casos de violencia sexual en la ruta del Darién, lo que demuestra un aumento significativo en comparación con los 676 casos registrados durante todo el año 2023. Además, se denuncian desapariciones forzadas y robos cometidos por grupos armados que operan en la zona.
Esta creciente inseguridad no solo afecta a los migrantes provenientes de América Latina, sino también a personas de países tan lejanos como China, India y Nepal, que buscan cruzar el continente con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Crisis migratoria en aumento
El fenómeno migratorio por el Darién ha experimentado un notable incremento en los últimos años. En 2023, más de 500,000 personas atravesaron esta ruta, y se estima que en 2024 esta cifra podría superar los 600,000 migrantes. Las autoridades panameñas advierten que el flujo de personas en busca de mejores condiciones de vida o huyendo de conflictos en sus países de origen sigue creciendo sin control.
“El Darién no es solo un punto de paso peligroso, sino también un reflejo de las crisis políticas, socioeconómicas y ambientales que atraviesan nuestra región”, afirmó María Teresa Urueña, representante de la Red Jesuita con Migrantes.
Compromiso de los Estados y recomendaciones
Para las organizaciones que participan en el Observatorio, es esencial que los Estados de la región asuman un compromiso real para garantizar los derechos de los migrantes y mejorar sus políticas de protección. Entre las recomendaciones destacadas se encuentra la creación de políticas migratorias basadas en los hallazgos del Observatorio, dirigidas a mejorar la protección de los migrantes y prevenir violaciones de derechos humanos en su tránsito.
El Observatorio de Movilidad Humana del Darién cuenta con la participación de 17 organizaciones, incluidas AfroResistencia, la Asociación Centro de Derechos Laborales sin Fronteras, la Fundación Ideas para la Paz y el Instituto Sobre Migración y Refugio LGTBIQ para Centroamérica. Con esta iniciativa, se espera que los Estados adopten medidas que protejan a las personas migrantes y garanticen su dignidad en una de las rutas más peligrosas de América Latina.
La importancia del Observatorio
El Observatorio de Movilidad Humana del Darién se erige como una respuesta urgente a la crisis migratoria y humanitaria que afecta a miles de personas cada año. La protección de los derechos de los migrantes y la prevención de violaciones como la violencia sexual y la desaparición forzada son los principales objetivos de este esfuerzo colaborativo entre organizaciones internacionales. Este proyecto también subraya la necesidad de un compromiso regional que brinde soluciones reales y sostenibles a una crisis que sigue escalando.