En agosto de 2024, los venezolanos enfrentaron un gasto promedio de 107,8 dólares para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM). Este análisis reflejó que el costo total de la canasta alimentaria para una familia de cinco personas alcanzó los 539,16 dólares, mostrando una leve disminución de 3,78 dólares respecto a julio. La realidad económica en Venezuela sigue siendo un desafío, donde el incremento en los precios de productos esenciales complica la estabilidad financiera de los hogares.
Aumento moderado en la canasta alimentaria
El Cendas-FVM informó que el costo de la canasta alimentaria se situó en 539,16 dólares, lo que implica un gasto diario de 18 dólares para que una familia de cinco personas pueda adquirir los 60 productos esenciales incluidos en la lista. Aunque el monto mensual mostró una ligera disminución respecto a julio, los precios siguen siendo elevados en un país que ha enfrentado dificultades económicas constantes.
En cuanto a los alimentos, los sectores con mayores incrementos en agosto fueron el azúcar y la sal, que aumentaron un 6,46 %, seguidos de las carnes, con un alza del 4,42 %, y los tubérculos, que subieron un 2,27 %. Estos aumentos impactan directamente en el presupuesto de las familias venezolanas, que deben ajustar constantemente sus gastos para cubrir las necesidades básicas.
El salario de los venezolanos frente a la inflación
Los empleados públicos en Venezuela reciben un bono conocido como “bono de guerra económica”, que en agosto alcanzó los 90 dólares, el cual, sumado al bono de alimentación y el salario, resulta en un ingreso mensual de 130 dólares. Sin embargo, estos pagos se hacen en bolívares, la moneda local, y no tienen incidencia en otros beneficios laborales, lo que reduce su impacto real en el poder adquisitivo de los trabajadores.
A pesar de este ingreso, la brecha entre lo que se necesita para cubrir la canasta básica y los salarios sigue siendo amplia. La diferencia obliga a muchas familias a depender de fuentes de ingreso adicionales o a reducir el consumo de ciertos productos, generando un deterioro en la calidad de vida de los venezolanos.
Inflación y estabilidad económica
Según el Banco Central de Venezuela (BCV), la inflación en agosto fue del 1,4 %, con una tasa acumulada del 11,2 % en los primeros ocho meses del año. Aunque la cifra mensual es relativamente baja, sigue reflejando el constante aumento en el costo de bienes y servicios, que continúa afectando el poder adquisitivo de la población.
El sector de servicios de educación fue el más afectado, con un incremento del 3,2 %, mientras que los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron un 2,1 %. Estos aumentos, aunque moderados en comparación con años anteriores, siguen presionando la economía familiar, especialmente en un contexto donde los ingresos no crecen al mismo ritmo que los precios.
Salida de la hiperinflación, pero con desafíos para los venezolanos
Venezuela logró salir de un período de hiperinflación en diciembre de 2021, después de haber estado inmersa en esta crisis desde 2017. Durante esos años, el valor del bolívar se desplomó, lo que llevó a una dolarización de facto en la economía, con los ciudadanos adoptando el dólar como moneda de referencia para proteger sus ingresos.
A pesar de haber superado el ciclo de hiperinflación, los desafíos persisten. El bolívar ha mostrado cierta estabilidad en el último año, pero la confianza en la moneda local sigue siendo baja. La dolarización no oficial continúa, ya que el dólar se mantiene como la principal referencia para precios y salarios en muchas transacciones diarias en el país.