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La Restinga: entre el deterioro de servicios básicos y la ausencia de turistas

Playa La Restinga, en la isla de Margarita, es la más extensa de Venezuela con 27 kilómetros de costa que alguna vez atrajo a miles de turistas. Sin embargo, en los últimos años, la falta de servicios básicos como agua potable, electricidad y un sistema de cloacas adecuado ha reducido drásticamente el flujo turístico, afectando la economía y calidad de vida de sus habitantes. Esta comunidad, donde la mayoría subsiste de la pesca y la venta de ostras, enfrenta una creciente crisis, sin atención por parte de las autoridades.

La Restinga: Un paraíso en decadencia

La Restinga, ubicada en el municipio Tubores de la isla de Margarita, es conocida por sus paisajes únicos y su extensa playa, que se extiende por 27 kilómetros. Sin embargo, este lugar paradisiaco ha ido perdiendo su atractivo turístico debido a la crisis de los servicios básicos que afecta tanto a los visitantes como a los pobladores. Ascensión González, miembro de la Asociación de Ostreras, explica cómo las constantes fallas en electricidad y la irregularidad en el suministro de agua han complicado tanto la vida diaria de los habitantes como la experiencia de los pocos turistas que aún llegan a la zona.

Las interrupciones de electricidad son constantes, dejando a la población en la oscuridad durante varios días a la semana. La escasez de agua potable es un problema crónico, y a pesar de que esta llega a través de tuberías, el servicio es irregular y poco fiable, lo que dificulta el desarrollo de actividades básicas.

Turismo en declive en La Restinga

El turismo, una de las principales fuentes de ingresos para los habitantes de La Restinga, ha disminuido considerablemente. El atractivo natural de la zona se ve opacado por la falta de infraestructura adecuada para recibir a los visitantes. “El turismo ha disminuido significativamente”, comenta González, quien agrega que los pescadores también enfrentan problemas para conseguir combustible, lo que dificulta la pesca y reduce aún más la actividad económica local.

El colapso de las cloacas ha convertido a la comunidad en un caldo de cultivo para enfermedades, lo que también aleja a los turistas. Los problemas de salud, especialmente afecciones cutáneas, son frecuentes en la zona. “¿Qué turistas van a querer venir para acá con las condiciones que se encuentra este pueblo?”, se pregunta González, quien lamenta la falta de apoyo gubernamental para mejorar la infraestructura de la playa.

Viviendas en mal estado

La crisis en La Restinga no solo afecta al turismo y a los servicios, sino también a las viviendas. Muchas de las casas, construidas a través del programa gubernamental Misión Vivienda, están en mal estado. Luis Daniel Salazar González señala que la situación en su comunidad es crítica, con techos deteriorados y viviendas que sufren daños cada vez que llueve. María Gregoria Vicent, otra habitante del área, denuncia que vive en condiciones precarias, enfrentando graves problemas de infraestructura en su hogar.

Vicent relata que, a pesar de sus esfuerzos por obtener ayuda de los entes gubernamentales, no ha recibido respuestas. Vive con cinco personas y depende de la venta de ostras, actividad que genera escasos ingresos debido al declive del turismo en la zona.

La necesidad de atención gubernamental

Los habitantes de La Restinga claman por la atención de las autoridades para resolver la crisis de servicios básicos y mejorar la infraestructura turística. Según María Gregoria Vicent, si el Ministerio del Turismo invirtiera en mejorar las condiciones de la playa y los servicios, la situación económica de la comunidad sería diferente. Sin embargo, hasta ahora, la atención gubernamental ha sido insuficiente, dejando a la población en una situación de abandono y crisis económica.

La Restinga, un lugar que alguna vez fue un atractivo turístico de la isla de Margarita, hoy enfrenta una profunda crisis debido a la falta de servicios básicos y el abandono de las autoridades. Mientras los turistas se alejan, los habitantes luchan por subsistir con las pocas oportunidades que les quedan, esperando que algún día la atención gubernamental vuelva a poner a La Restinga en el mapa turístico de Venezuela.