La División de Investigaciones de Extorsión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) detuvo en el estado Aragua a Lusbaldo Quintana, de 59 años, quien se hacía pasar por líder de bandas delictivas para sembrar terror y extorsionar a sus víctimas. Este hombre operaba en estadios de béisbol en Cúa (Miranda) y Maracay (Aragua), donde utilizaba videos con armas de fuego para exigir altas sumas de dinero. Su captura fue posible gracias a las denuncias de sus víctimas y al rápido accionar de las autoridades.
Un impostor al mando del terror
Los funcionarios del Cicpc detuvieron a Lusbaldo Quintana, un hombre de 59 años, después de identificarlo como el autor de varias extorsiones en los estados Miranda y Aragua. Este individuo se hacía pasar por líder de peligrosas bandas criminales con el propósito de generar terror entre sus víctimas. Según informes policiales, utilizaba esta falsa identidad para presionar a los propietarios de academias de béisbol, exigiéndoles sumas de dinero en moneda extranjera.
El quincuagenario se trasladaba con frecuencia a los estadios de béisbol de Cúa y Maracay, donde utilizaba su teléfono móvil para grabar videos en los que exhibía armas de fuego. Estos videos eran enviados a las víctimas junto con amenazas de causarles daño a ellos, a sus familiares e incluso a los jóvenes que formaban parte de sus academias si no cumplían con sus exigencias.
Modus operandi: el terror como herramienta
El método utilizado por Quintana era efectivo gracias al miedo que lograba infundir. La amenaza de violencia física contra los entrenadores, sus familias y los estudiantes de las academias era el principal recurso de este criminal. Las víctimas, por temor a represalias, inicialmente se veían obligadas a considerar el pago de las extorsiones, lo que aumentaba el control que Quintana tenía sobre ellos.
Las amenazas no solo eran personales, sino que también incluían la posibilidad de que ocurrieran ataques en los propios recintos deportivos, lo que causaba gran preocupación en las escuelas de béisbol y sus directivos. Ante la presión, muchas víctimas finalmente acudieron a las autoridades para denunciar los hechos.
Denuncias y captura
El caso llegó a manos de las autoridades gracias a la valentía de varias víctimas que, decididas a poner fin a las amenazas, presentaron denuncias ante la División de Investigaciones de Extorsión del Cicpc. A partir de estas denuncias, se inició una investigación que permitió identificar a Lusbaldo Quintana como el responsable de los actos de extorsión.
Los cuerpos de seguridad organizaron un operativo en la avenida Universidad de la parroquia Caña de Azúcar, ubicada en el municipio Mario Briceño Iragorry del estado Aragua. En ese lugar, lograron ubicar y detener al individuo, quien ya se encontraba bajo seguimiento por las comisiones policiales.
Justicia para las víctimas
Tras la captura de Lusbaldo Quintana, las víctimas pueden respirar con más tranquilidad, sabiendo que el hombre que sembraba el terror en sus vidas ya no representa una amenaza inmediata. La rápida actuación del Cicpc permitió frenar las extorsiones que afectaban tanto a las escuelas de béisbol como a las familias de los involucrados.
El caso de Quintana resalta la importancia de la denuncia oportuna y la cooperación entre ciudadanos y autoridades para enfrentar este tipo de delitos, que dependen en gran medida del miedo para poder prosperar. Ahora, se espera que el detenido sea procesado por la justicia y que las academias de béisbol puedan continuar con sus actividades sin la sombra del peligro que este hombre representaba.
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