Heidi Pérez, una madre venezolana, se enfrenta al dolor más profundo que puede experimentar un ser humano: la pérdida de su hijo. Su hijo de 17 años murió ahogado mientras intentaba salvarla durante su travesía por la peligrosa selva del Darién, en su intento de llegar a Estados Unidos. Este testimonio desgarrador refleja el drama que miles de migrantes enfrentan cada día al intentar cruzar una de las rutas más mortales del continente.
Una travesía marcada por el sacrificio
Heidi Pérez, junto con sus dos hijos, de 15 y 17 años, partieron de su hogar en Mérida, Venezuela, con la esperanza de una vida mejor en Estados Unidos. Sin embargo, el sueño de libertad y oportunidades se transformó en una pesadilla cuando, en medio de su paso por el Darién, su hijo mayor perdió la vida tratando de salvarla.
La madre cuenta entre lágrimas que, al intentar cruzar un río, ella estuvo a punto de ser arrastrada por la corriente. Fue en ese momento cuando Diego, su hijo mayor, decidió actuar para protegerla. Con valentía y sin dudar, se lanzó al agua para rescatarla. Desafortunadamente, el joven no logró sobrevivir, convirtiéndose en una víctima más de la peligrosa ruta migratoria.
El dolor de una madre y su pedido de conciencia
Heidi Pérez lanza un grito desesperado para que el mundo entienda el sufrimiento de los migrantes y el peligro que enfrentan al cruzar la selva del Darién.”Él no quería que yo muriera, dio la vida por mí”, expresó con el corazón roto, mientras su hija de 15 años la acompañaba en su dolor.
Pérez no solo se lamenta por la pérdida de su hijo, sino que también hace un llamado a la conciencia. En su testimonio, pide que no se permita que más niños crucen la selva, subrayando que, aunque los adultos entienden mejor los riesgos, los menores son víctimas inocentes de una travesía inhumana. “Una criatura así, Dios mío”, implora entre lágrimas, reflejando el sufrimiento de cientos de familias que han perdido a sus seres queridos en esta ruta migratoria.
El drama de la selva del Darién
El Darién es una de las rutas más peligrosas para los migrantes que buscan llegar a América del Norte. La densa selva, los ríos caudalosos y los peligros naturales convierten este paso en una trampa mortal. Además de los riesgos físicos, muchos migrantes enfrentan amenazas de grupos criminales y condiciones extremas que dejan una estela de muerte y sufrimiento.
El caso de Diego Pérez es solo uno de muchos, pero su historia destaca por la valentía y el sacrificio de un joven que dio su vida por salvar a su madre. La tragedia de esta familia venezolana es un reflejo del drama diario que viven miles de migrantes que, en su búsqueda de un futuro mejor, se enfrentan a una lucha por la supervivencia.
Un héroe que nunca será olvidado
Heidi Pérez recordará siempre a su hijo Diego como su héroe, un joven valiente que prefirió perder su vida antes que dejar que su madre muriera. Aunque su dolor es inmenso, su historia es también un recordatorio de la fortaleza de las familias que, pese a los obstáculos, siguen luchando por alcanzar sus sueños.
Las palabras de Pérez y su desgarrador testimonio resuenan como un llamado de atención a la comunidad internacional, para que se aborden los problemas migratorios desde la raíz y se evite que más familias sufran pérdidas tan dolorosas como la de esta madre venezolana.
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