El acuerdo firmado entre Panamá y Estados Unidos en julio de 2024, para repatriar a migrantes irregulares que cruzan el Tapón del Darién, ha resultado en una notable reducción del tránsito de migrantes ecuatorianos y colombianos. Según informó la embajada estadounidense en Panamá, el cruce de migrantes ecuatorianos por la peligrosa selva ha disminuido en un 92%, mientras que el de colombianos ha caído en un 65%. Esta colaboración bilateral está enfocada en gestionar el flujo migratorio y evitar el cruce irregular hacia Norteamérica.
Disminución significativa en el cruce de migrantes
Estados Unidos y Panamá han utilizado el acuerdo como un instrumento eficaz para controlar el cruce de migrantes a través de la selva del Darién, una de las rutas más peligrosas hacia Norteamérica. Firmado el 1 de julio de 2024, este convenio contempla la repatriación de migrantes que atraviesan la frontera entre Colombia y Panamá de manera irregular. A través de vuelos financiados por el gobierno estadounidense, se ha logrado deportar a cientos de migrantes a sus países de origen, reduciendo así el flujo migratorio por esta ruta clave.
Desde la implementación de los vuelos de repatriación, las cifras de migrantes que cruzan el Darién han mostrado una disminución considerable. En particular, los ecuatorianos han reducido su presencia en un 92% y los colombianos en un 65%, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esta disminución refleja el impacto directo de las medidas tomadas para frenar la migración irregular.
Un esfuerzo conjunto para gestionar la migración
El programa de deportación y repatriación está diseñado para funcionar bajo las leyes panameñas y cuenta con el financiamiento de Estados Unidos, que cubre los costos de los vuelos, escoltas y otros servicios relacionados. Según el comunicado de la embajada estadounidense, un total de 787 migrantes han sido deportados en 19 vuelos desde agosto de 2024, con un costo total de 1.140.846 dólares.
Entre los deportados se encuentran ciudadanos de Colombia, Ecuador e India, a quienes se les ha retornado en vuelos charter. Adicionalmente, se ha gestionado la repatriación de migrantes irregulares a Afganistán, Pakistán, Rusia y Turquía mediante vuelos comerciales. El programa también ha servido para deportar a individuos con antecedentes penales, aplicando la normativa migratoria de Panamá en el proceso.
Migrantes venezolanos y el desafío diplomático
Aunque el programa ha mostrado resultados significativos en cuanto a la deportación de ecuatorianos y colombianos, no ha sido posible extender las mismas medidas a los migrantes venezolanos. Esto se debe a la suspensión de relaciones diplomáticas entre Panamá y Venezuela desde finales de julio de 2024. Este vacío diplomático impide aplicar el plan de deportación a la principal nacionalidad de migrantes que cruza el Darién.
El gobierno panameño sigue evaluando estrategias para gestionar el creciente número de migrantes venezolanos que atraviesan la peligrosa selva en su intento por llegar a Norteamérica. Hasta el 13 de octubre de 2024, se registraron 274.444 migrantes irregulares cruzando la selva, un 36,5% menos que el mismo período en 2023, una disminución que se atribuye en parte al acuerdo con Estados Unidos.
Balance del plan de repatriación
A medida que el programa de repatriación continúa, la disminución en el tránsito de migrantes es evidente. El primer vuelo bajo este acuerdo tuvo lugar el 20 de agosto de 2024, y el más reciente el 19 de octubre, lo que confirma la continuidad del plan. El impacto ha sido especialmente notable entre los migrantes de Ecuador y Colombia, que solían representar una porción significativa de quienes cruzaban el Darién.
El programa también ha tenido éxito en procesar y deportar a migrantes con antecedentes penales, siguiendo acuerdos internacionales que garantizan la protección de los derechos de los migrantes. La colaboración entre Panamá y Estados Unidos se ha convertido en un modelo para la gestión de la migración irregular en la región, al reducir significativamente el flujo de personas a través de una de las rutas más peligrosas del continente.
El acuerdo entre Panamá y Estados Unidos ha logrado reducir de manera considerable el cruce de migrantes irregulares por el Tapón del Darién, especialmente entre ciudadanos de Ecuador y Colombia. Esta colaboración internacional refleja un esfuerzo coordinado para gestionar la migración irregular y garantizar la seguridad en la región. Sin embargo, el desafío sigue siendo considerable, particularmente con la creciente afluencia de migrantes venezolanos, lo que evidencia la necesidad de soluciones diplomáticas y de políticas migratorias adaptadas a las circunstancias cambiantes.