Durante la primera sesión plenaria de la Cumbre BRICS Plus celebrada en Rusia, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, lanzó una propuesta ambiciosa para crear un nuevo sistema financiero mundial. Maduro, conocido por sus críticas al orden económico actual, abogó por la creación de una agenda económica que ofrezca soluciones reales a los problemas del comercio internacional y el intercambio monetario, señalando la necesidad de un sistema que favorezca a las economías emergentes y proteja a los países del sur de agresiones financieras.
BRICS: Un nuevo sistema financiero mundial
En su intervención, Nicolás Maduro propuso la creación de un nuevo sistema financiero global que permita a las economías emergentes desarrollarse de manera independiente, sin estar subordinadas a los mecanismos de control que, según él, imponen las potencias occidentales. Este llamado se enmarca en la necesidad de reemplazar el actual sistema de pagos internacionales, que a menudo es utilizado como herramienta para sancionar a países como Venezuela.
El presidente venezolano destacó que este cambio no debe limitarse a pequeñas reformas del sistema financiero existente. Argumentó que los países del sur necesitan un modelo que les garantice la autonomía y que les permita acceder a financiamiento y recursos para su desarrollo sin depender de las condiciones impuestas por las potencias tradicionales.
El banco de los BRICS: una solución alternativa
Una de las propuestas más destacadas de Maduro fue la consolidación del banco de los BRICS, una entidad financiera que podría servir como alternativa a los organismos internacionales dominados por Occidente, como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Maduro señaló que este banco sería una herramienta crucial para los países del sur, proporcionando un espacio seguro para las transacciones y los créditos sin las restricciones políticas impuestas por las naciones hegemónicas.
La creación de este banco, según Maduro, no solo facilitaría el desarrollo económico de las naciones emergentes, sino que también les permitiría escapar de las presiones ejercidas a través de sistemas financieros que, en ocasiones, se utilizan como armas para agredir a países que desafían el orden establecido.
Un cambio de época en la economía global
Durante su discurso, el presidente Maduro señaló que el surgimiento de nuevas potencias globales, como China e India, está marcando un cambio de época en la economía mundial. Según él, este contexto brinda la oportunidad de establecer un nuevo paradigma que reconozca el derecho de las naciones emergentes, como Venezuela, América Latina y el Caribe, a desarrollarse sin interferencias externas.
Maduro expresó su esperanza de que los BRICS continúen promoviendo un sistema económico inclusivo que respete la soberanía de cada nación y que favorezca el bienestar de sus ciudadanos. Afirmó que la alianza entre estas potencias emergentes es clave para la creación de un nuevo orden financiero más justo y equitativo.
Una canasta de monedas para diversificar el comercio
Otro de los puntos propuestos por el mandatario venezolano fue la creación de una “canasta de monedas” que incluya las divisas fuertes de las superpotencias, pero que también respete el derecho de cada país a mantener su propia moneda. Esta canasta permitiría diversificar las opciones de pago y reducir la dependencia de monedas como el dólar estadounidense, que actualmente domina el comercio global.
Maduro subrayó que esta canasta de monedas ofrecería una mayor flexibilidad para las transacciones internacionales, facilitando el intercambio comercial entre los países del sur y protegiéndolos de las fluctuaciones y sanciones impuestas por las grandes economías occidentales.
Hacia una economía inclusiva y soberana
En conclusión, la propuesta de Nicolás Maduro en la cumbre de los BRICS Plus refleja su visión de un sistema financiero global que beneficie a las naciones emergentes y que garantice su independencia económica. Según el presidente venezolano, la clave para lograr este objetivo radica en crear instituciones y mecanismos que permitan a los países del sur acceder a financiamiento, invertir en su desarrollo y construir un futuro basado en la equidad y la dignidad social.
Esta visión plantea un desafío directo al actual orden financiero mundial, pero también abre la puerta a un debate sobre la necesidad de reformar las estructuras económicas internacionales para hacerlas más inclusivas y justas para todos los países.