La frontera sur de México fue el punto de partida para una nueva caravana migrante conformada por más de 5.000 personas, en su mayoría venezolanos. El grupo busca alcanzar territorio estadounidense antes del 20 de enero, fecha en que Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia. Sus promesas de políticas más estrictas contra la migración irregular han encendido las alarmas entre quienes huyen de sus países en busca de mejores oportunidades.
Douglas Bryan Velázquez, vocero de la caravana, informó que el primer destino de descanso es Huehuetán, ubicado a 26 kilómetros de Tapachula. Entre los participantes, además de venezolanos, hay migrantes de Colombia, Ecuador, Honduras, El Salvador y Guatemala.
Testimonios de esperanza y preocupación
Emilco Chacoa, un migrante venezolano que participa en la caravana, expresó que la solución más efectiva sería establecer un sistema migratorio organizado. Según su opinión, medidas como la aplicación CBP One, implementada por el gobierno de Biden, son esenciales para gestionar el flujo migratorio de manera controlada y evitar crisis en la frontera.
Por su parte, Roger Sánchez, también de Venezuela, pidió al próximo gobierno estadounidense que les brinde la posibilidad de ingresar de forma legal. “Nuestro propósito es trabajar y reunirnos con nuestras familias. Solo queremos una oportunidad”, señaló.
En tanto, José Antonio Valencillo, un hombre de mayor edad, lamentó que las políticas de Trump tiendan a criminalizar a quienes buscan cruzar la frontera. “No somos delincuentes, solo queremos vivir dignamente”, afirmó con preocupación.
Mínimo apoyo en el camino
La travesía de la caravana no cuenta con un respaldo robusto de las autoridades mexicanas. Apenas dos agentes de la Guardia Nacional y de la División de Caminos acompañan al grupo para brindar seguridad vial, mientras que el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) ha entregado algunos suministros básicos como sueros y pañales a las familias.
A pesar de estos esfuerzos limitados, las condiciones de los migrantes siguen siendo precarias. La falta de servicios y la incertidumbre sobre su futuro generan tensiones en el grupo.
Un flujo migratorio sin precedentes
Según datos de la Unidad de Política Migratoria de México, la migración irregular ha experimentado un aumento interanual del 193 %, alcanzando un récord de más de 712.000 personas.
Aunque el gobierno mexicano reportó una disminución del 76 % en las detenciones diarias de migrantes en la frontera con Estados Unidos desde diciembre, el flujo hacia el norte no cesa.
El desafío de alcanzar el sueño americano
La incertidumbre sobre el futuro de las políticas migratorias en Estados Unidos impulsa a miles a arriesgarse en el camino. Mientras Donald Trump se prepara para asumir su segundo mandato con promesas de restricciones y deportaciones masivas, los migrantes, con historias llenas de sacrificios, esperan encontrar una oportunidad que les permita dejar atrás la violencia y la pobreza en sus países de origen.
En esta carrera contrarreloj, el deseo de reunirse con familiares, encontrar estabilidad económica y garantizar un mejor porvenir para sus hijos son las razones que alimentan cada paso de este difícil recorrido.
