De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), un venezolano necesitó en octubre 107,9 dólares para cubrir los gastos mínimos de alimentos. Esta cifra representa un incremento de 1,6 dólares con respecto a septiembre, reflejando el impacto persistente de la inflación en el país.
El reporte también señaló que una familia de cinco integrantes requirió 539,79 dólares al mes para adquirir los 60 productos que componen la canasta básica alimentaria. Este monto contrasta con el salario mínimo oficial de 2,82 dólares, lo que evidencia una brecha insostenible entre los ingresos y el costo de vida.
El impacto de los aumentos en productos esenciales
Según el informe, los sectores que experimentaron los mayores incrementos en octubre fueron grasas y aceites (5,23 %), frutas y hortalizas (5,10 %), y carnes y sus derivados (4,26 %). Estos aumentos afectan directamente a los hogares, que deben priorizar aún más su gasto en medio de ingresos limitados.
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) reportó una inflación mensual del 9,6 % en octubre, un alza significativa frente al 3,4 % registrado en septiembre. Este panorama complica aún más la situación económica de las familias, que deben enfrentar precios en constante ascenso.
Ingresos insuficientes para los trabajadores venezolanos, indicó Cendas-FVM
El salario mínimo en Venezuela se complementa con dos bonos: uno de alimentación por 40 dólares y otro de “guerra económica” de 90 dólares. Ambos son pagados en bolívares y calculados a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV), pero no inciden en los beneficios laborales. En total, un trabajador percibe alrededor de 132,82 dólares mensuales, una cifra que cubre apenas el 24,6 % del costo de la canasta para una familia de cinco miembros.
Esta realidad deja a muchos hogares en una situación crítica, dependiendo de remesas, empleos informales o subsidios adicionales para intentar cubrir sus necesidades básicas.
Cendas-FVM: De la hiperinflación a una economía dolarizada
Venezuela logró salir oficialmente de la hiperinflación en diciembre de 2021, después de cuatro años de inestabilidad económica que devaluaron el bolívar y obligaron a los ciudadanos a adoptar el dólar como moneda de facto.
Sin embargo, el uso extendido del dólar no ha logrado estabilizar el poder adquisitivo de la población, que sigue enfrentando dificultades para acceder a bienes esenciales.
Un futuro incierto para los hogares venezolanos
El aumento constante en los precios de los alimentos y los bajos ingresos oficiales hacen que la vida cotidiana sea cada vez más desafiante para las familias en Venezuela. Sin políticas efectivas que equilibren la inflación y los salarios, la brecha entre los costos básicos y los ingresos continuará ampliándose, afectando especialmente a los sectores más vulnerables.
El informe de Cendas-FVM es un recordatorio de la compleja realidad económica del país, donde garantizar una alimentación adecuada sigue siendo un lujo para muchos.
