La canela, una especia utilizada desde la antigüedad por su sabor y propiedades medicinales, destaca por ser un aliado natural en la prevención de diversas enfermedades.
Proveniente de la corteza del árbol de canelo, sus compuestos activos, como los polifenoles y antioxidantes, han sido ampliamente estudiados por sus beneficios para la salud.
Originaria del sur de India y Sri Lanka, la antigua ciudad de Ceilán, hoy en día se cultiva en numerosos países como Brasil, China, Indonesia o Birmania, lo que ha dado lugar a las más de 100 variedades de árbol canelo.
Enfermedades que la canela ayuda a combatir
La cocina y la medicina tradicional aprecian mucho la canela por su inconfundible aroma y sabor, utilizando esta especia para tratar diferentes enfermedades y dolencias.
Diábetes tipo 2: Uno de los beneficios más reconocidos de la canela es su capacidad para regular los niveles de azúcar en sangre. Esta especia mejora la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a las células a procesar la glucosa de manera más eficiente.
Enfermedades cardiovasculares: La canela también contribuye a la salud del corazón. Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes ayudan a reducir el colesterol y los triglicéridos. Esto disminuye el riesgo de arteriosclerosis y protege contra enfermedades cardiovasculares como infartos o accidentes cerebrovasculares.
Enfermedades neurodegenerativas: Gracias a sus antioxidantes, la canela combate el estrés oxidativo, un factor clave en el desarrollo de enfermedades como el Alzhéimer y el Parkinson. Algunos de sus compuestos activos inhiben la acumulación de proteínas tóxicas en el cerebro, protegiendo las funciones cognitivas.
Infecciones: La canela tiene propiedades antimicrobianas que pueden prevenir infecciones bacterianas y fúngicas, como la candidiasis. Además, fortalece el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir patógenos de manera más eficaz.
Incorporar canela en la dieta de manera moderada ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con el metabolismo, el corazón, el cerebro y las infecciones, convirtiéndose en un hábito saludable. Sin embargo, siempre es importante consumirla con equilibrio y consultar con un médico en caso de condiciones específicas.