El enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Richard Grenell, afirmó que la administración de Donald Trump no tiene entre sus planes impulsar un cambio de régimen en el país suramericano.
Durante una entrevista con The Epoch Times, Grenell señaló que aunque el gobierno de EEUU mantiene una postura clara sobre Nicolás Maduro, la prioridad de Trump es fortalecer la economía y seguridad de su propio país.
“Donald Trump no quiere hacer cambios de régimen. Quiere hacer todo lo posible para que los estadounidenses sean más fuertes y prósperos, y en eso nos enfocamos ahora mismo”, aseguró el funcionario.
Visita a Venezuela y postura frente a Maduro
Grenell también se refirió a su reciente visita a Caracas, donde sostuvo un encuentro con representantes del gobierno de Maduro. Según el diplomático, el propósito del viaje no fue establecer relaciones ni ofrecer concesiones, sino transmitir un mensaje directo.
“Maduro tenía una lista larga de preguntas y yo le dije: ‘No estamos aquí para darles nada. Estoy aquí sentado en tu palacio pidiéndote que hagas cosas. Ustedes tienen cámaras alrededor, van a usar este momento, ya eso es un regalo’”, relató Grenell.
El funcionario dejó claro que Washington no está dispuesto a negociar beneficios con el gobierno venezolano, reafirmando que la relación entre ambos países sigue marcada por tensiones y sanciones.
Cambios en la política exterior de Trump
Grenell destacó que, desde la llegada de Trump a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, la política exterior de EEUU ha experimentado un cambio significativo. Explicó que el enfoque diplomático de la administración se basa en mantener una “amenaza creíble”, que no solo incluye acciones militares, sino también sanciones económicas y aranceles comerciales.
“La razón por la que los embajadores de Donald Trump logran resultados es porque él tiene una amenaza creíble. No es solo una amenaza militar, es una amenaza de tarifas y sanciones económicas”, subrayó Grenell.
Estas declaraciones confirman que la política de Washington hacia Venezuela continuará enfocada en la presión económica y diplomática, sin intervención militar ni estrategias directas para forzar un cambio de gobierno.