Un maquillador venezolano deportado a El Salvador por el gobierno de Estados Unidos ha despertado preocupación entre defensores de derechos humanos. Esto tras conocerse que fue vinculado erróneamente a una organización criminal, pese a no tener antecedentes penales. El caso, según expertos, podría marcar un punto de inflexión en el debate sobre la deportación masiva de migrantes venezolanos.
La persona identificada como Andry, es un hombre de 31 años oriundo de Venezuela. Como migrante, había solicitado asilo en EE. UU. Esto tras sufrir una presunta persecución por su orientación sexual. Sin embargo, su petición fue ignorada. De esta manera, fue incluido en el grupo de más de 230 venezolanos deportados el 15 de marzo al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador.
Error de identificación por tatuajes
Lindsay Toczylowski, fundadora del Centro Legal de Defensores de Inmigrantes, denunció que Andry fue confundido con un pandillero del Tren de Aragua debido a sus tatuajes, pese a no tener ninguna relación con organizaciones criminales. ICE lo había detenido el año pasado cuando tramitaba su solicitud de asilo de manera legal.
Ese mismo 15 de marzo, el nombre de Andry desapareció de los registros de detención. Poco después, apareció en una lista interna del gobierno obtenida por CBS que detallaba a los migrantes deportados al Cecot. Toczylowski aseguró que su cliente no cuenta con antecedentes penales ni vínculos con pandillas.
Preocupación por las condiciones en El Salvador
El Cecot ha sido duramente criticado por organizaciones internacionales debido a condiciones consideradas inhumanas. Varios de los migrantes deportados han sido trasladados allí sin juicio ni evaluación individual de sus casos.
Abogados y activistas denuncian que la deportación de Andry representa una grave violación a los derechos humanos y al debido proceso, especialmente tratándose de una persona que huyó de su país por motivos de persecución.
El caso del maquillador venezolano deportado a El Salvador ha puesto en tela de juicio la efectividad de los procesos de verificación del ICE y reaviva el debate sobre la política migratoria de EE. UU. hacia los solicitantes de asilo.
