Una nueva oleada de robos pone en jaque al sistema ferroviario español. La fiebre del cobre, impulsada por el precio récord de este metal, ha generado un repunte en los delitos contra infraestructuras críticas como Renfe y Adif.
El cobre, oro del mercado negro
La fiebre del cobre no es un fenómeno nuevo, pero en 2024 ha cobrado fuerza con precios superiores a los 10.000 euros por tonelada. Esta escalada ha reactivado las mafias especializadas en la sustracción de cableado de cobre, que luego venden por hasta 10 euros el kilo en el mercado negro.
En el reciente caso ocurrido en Toledo, los ladrones sustrajeron 150 metros de cable en cinco puntos estratégicamente seleccionados, provocando interrupciones en la red de alta velocidad de Renfe. Las zonas robadas no contaban con cámaras de seguridad y eran accesibles por pistas forestales.
Un oficio que se hereda
Fuentes policiales aseguran que los responsables actúan con experiencia y planificación. La investigación, dirigida por la Policía Judicial de Toledo, señala que este tipo de delitos suele ser cometido por redes criminales donde el “oficio” se transmite entre generaciones. A pesar de las detenciones, muchos de los implicados quedan en libertad rápidamente, lo que facilita la reincidencia.
El cobre viaja rumbo a China
La fiebre del cobre tiene una dimensión internacional. Según los investigadores, el metal robado termina en países como China, transportado por mafias del Este de Europa que aprovechan la alta demanda y escasez de este recurso en Asia.
Plan especial contra el robo de cobre
El Ministerio del Interior mantiene activo un plan especial para prevenir estos delitos, en coordinación con Guardia Civil, Policía Nacional y Adif. Aun así, los robos siguen en aumento.
Cataluña, epicentro del problema
Una de las regiones más afectadas es Cataluña. En 2023, la línea R3 quedó fuera de servicio tras el robo de 400 metros de cable. Desde 2010, se han registrado más de mil casos en todo el país.
Entre enero y abril de 2024, Adif contabilizó 46 robos de cobre a nivel nacional. Aunque el balance actual aún no se ha cerrado, todo indica que la fiebre del cobre se ha convertido en un negocio criminal millonario.