El caso de Andry Hernández Romero, un joven venezolano de 32 años, ha generado preocupación internacional. Esto luego de que fuera deportado a El Salvador y recluido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), conocido por su dureza extrema. De acuerdo a su abogada, los tatuajes del estilista venezolano preso en El Salvador, nada tenían que ver con bandas criminales. Por el contrario, sus coronas, eran un homenaje a su familiares.
Detalles de la deportación de un venezolano enviado a El Salvador
Andry Hernández llegó a Estados Unidos el año pasado, tras un largo viaje a través de la peligrosa selva del Darién. En su momento, buscando asilo por persecución debido a su orientación sexual. En San Diego, logró una entrevista de miedo creíble y fue admitido provisionalmente mientras avanzaba su solicitud de asilo.
Sin embargo, todo cambió cuando la jueza Paula Dixon desestimó su petición. En su sentencia señaló que los tatuajes en las muñecas –dos coronas con los nombres de los padres de Hernández– eran “indicios” de vínculos con la banda Tren de Aragua. Así, fue deportado bajo la ley de Enemigos Extranjeros impulsada por la Administración Trump.
El drama del venezolano enviado a El Salvador
Hernández Romero fue trasladado a El Salvador, donde permanece recluido en la cárcel de máxima seguridad del CECOT. El fotógrafo Philip Holsinger, de la revista Time, registró las duras condiciones que enfrentan los migrantes deportados, documentando cómo fue afeitado y golpeado al llegar a la prisión.
“No soy miembro de una banda. Soy gay. Soy estilista”, suplicó Hernández Romero, quien durante años trabajó en concursos de belleza en Venezuela, como el Miss Venezuela.
Su abogada, que apenas supo del traslado por imágenes en los medios, ha denunciado que no ha podido comunicarse con él. Esto a pesar de las órdenes judiciales que exigen facilitar el contacto.
“Es horrible ver a alguien a quien conocemos como un artista dulce y divertido, en las condiciones más horribles que pueda imaginar (…) Nos preocupa que pueda sobrevivir”, declaró la jurista a CNN.
Contexto: la criminalización por tatuajes y la crisis de derechos humanos
Hernández Romero también es el principal demandante en un proceso legal interpuesto por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) contra la Administración Trump, que deportó a más de 200 migrantes a Centroamérica, generando una posible crisis constitucional en Estados Unidos.
La organización salvadoreña Socorro Jurídico Humanitario ha denunciado que al menos 303 reclusos han muerto en cárceles salvadoreñas bajo custodia del Estado, y el 94 % de ellos no tenía antecedentes de pandillerismo.
El caso de este venezolano enviado a El Salvador subraya las duras consecuencias de las políticas migratorias y la criminalización basada en simples tatuajes o estereotipos. Mientras la comunidad internacional reacciona, la historia de Andry Hernández Romero revela los riesgos que enfrentan muchos migrantes venezolanos en su búsqueda de protección.
🔴 Tatuajes del estilista venezolano preso en El Salvador eran homenajes a concursos de belleza, no vínculos con bandas.
— El Clarín (@elclarinweb) May 30, 2025
Andry Hernández Romero, joven venezolano de 32 años, está detenido en el CECOT, tras ser deportado bajo la ley de Enemigos Extranjeros.
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