Colombia sufrió este jueves dos atentados que dejaron al menos 18 muertos y 65 heridos, en hechos ocurridos en Antioquia y Cali. Las autoridades señalaron al Estado Mayor Central (EMC), disidencia de las FARC, como presunto responsable de los ataques.
Helicóptero policial derribado en Antioquia
El primer atentado ocurrió en la zona rural de El Chispero, Amalfi (Antioquia), donde un helicóptero de la Policía Antinarcóticos fue impactado mientras cumplía una misión de erradicación de cultivos ilícitos. Doce funcionarios murieron en el lugar.
Según el presidente Gustavo Petro, el ataque fue atribuido al frente 36 del EMC, organización señalada de participar en actividades de narcotráfico y operaciones armadas en el noroeste del país.
Explosión en base aérea de Cali dejó seis muertos
Horas después, un camión cargado de explosivos fue detonado cerca de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, en Cali (Valle del Cauca). El estallido dejó seis fallecidos y 65 heridos, todos civiles que transitaban en la zona, además de cuantiosos daños materiales en la concurrida Carrera Octava.
Las autoridades confirmaron la detención de un hombre presuntamente vinculado al EMC en el lugar del ataque.
Reacciones del Gobierno colombiano
El presidente Petro anunció que el EMC, la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo serán declarados organizaciones terroristas. Asimismo, no descartó decretar conmoción interior, medida de excepción para atender perturbaciones graves del orden público.
Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez calificó los hechos como “un acto cobarde y criminal”, mientras la Defensoría del Pueblo advirtió que el ataque constituye una infracción al Derecho Internacional Humanitario.
Condena internacional y llamados a la unidad
Diversos líderes y organismos internacionales condenaron los atentados. La ONU llamó al Estado a garantizar justicia y atender a las víctimas, mientras gobiernos de la región, como el de Panamá, expresaron solidaridad con Colombia.
En el ámbito interno, líderes políticos como los expresidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque exigieron medidas contundentes frente al deterioro de la seguridad en el país.