Una semana después de luchar por su vida, este viernes se confirmó que un adolescente murió por disparo accidental en Puerto Cabello, luego de sufrir una herida grave en el cuello mientras manipulaba un arma de fuego encontrada dentro de un vehículo en un autolavado del sector Taborda Vieja.
El inicio del accidente
El hecho ocurrió el pasado 14 de noviembre, cuando Jense Duque, de 16 años, realizaba labores de limpieza en un autolavado de la zona. Mientras trabajaba, halló un arma en el interior de un vehículo y la manipuló sin conocer su funcionamiento. En ese momento, el arma se accionó de manera accidental y le causó una herida de bala en el cuello.
Testigos informaron que el encargado del local lo auxilió de inmediato y lo trasladó al Hospital Adolfo Prince Lara de Puerto Cabello. Los médicos lo estabilizaron, pero debido a la gravedad de la lesión fue remitido a la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET) de Valencia.
Siete días de lucha en la CHET
En la CHET, el joven permaneció en estado crítico durante siete días. Su evolución fue complicada debido al daño ocasionado por el disparo. A pesar del esfuerzo del personal médico, el adolescente falleció la mañana de este 21 de noviembre. La noticia impactó a vecinos, compañeros de estudio y familiares, quienes lo describieron como un muchacho trabajador y querido en la comunidad.
La pérdida generó consternación en Taborda Vieja, donde el joven residía y estudiaba. Vecinos expresaron su dolor por la tragedia y pidieron que se investigue de forma exhaustiva el origen del arma involucrada.
Investigación policial en marcha
Funcionarios de distintos cuerpos de seguridad acudieron al sitio del suceso el día del accidente. De acuerdo con versiones extraoficiales, el vehículo en el que se encontraba el arma pertenecería presuntamente a un funcionario. Las autoridades no han confirmado esta información.
El caso continúa en investigación para determinar responsabilidades y esclarecer cómo llegó el arma al vehículo y por qué no se encontraba bajo resguardo adecuado.
La muerte del joven reaviva el debate sobre la manipulación irresponsable de armas de fuego y los riesgos que implica su presencia en espacios laborales y familiares.





