El oficialismo arrasó en las elecciones de concejales de este domingo en Venezuela, marcadas por una abstención de 72,6% y denuncias del presidente Nicolás Maduro sobre un plan golpista orquestado por Estados Unidos y Colombia.
El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ganó 142 de 156 circunscripciones por lista adjudicadas hasta el momento y 449 de 467 cargos nominales, informó la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena.
La oposición controlaba hasta ahora una cuarta parte de las asambleas municipales.
Los resultados del primer boletín corresponden al 92,3% de transmisión de votos en el sistema automatizado venezolano.
De 20,7 millones de electores convocados para esta jornada, solo votaron 5,6 millones, situación palpable en centros de votación que lucieron desiertos.
En la anterior elección de 2013, cuando se eligieron simultáneamente concejales y alcaldes, la abstención fue de 41%. Tradicionalmente estos comicios se realizan el mismo día y suelen tener poca acogida.
Fue “un día tranquilo de civismo y ejercicio de la democracia”, destacó Lucena, de abierta línea chavista.
Pero para Beatriz Pallarés, de 56 años, fue “un día triste porque la gente decidió no votar”. Ella sufragó en un vacío centro electoral del municipio caraqueño de Chacao, un bastión opositor. “Jamás voy a entregar mis derechos”, dijo a la AFP.
“Hay muchísimo descontento”, apuntó otro votante, Jaime Caicedo, sobre el proceso, cuya alta abstención según analistas se debió a la desconfianza en el voto, la inhabilitación de partidos opositores y el hartazgo ante la grave crisis socioeconómica.
No obstante, Maduro celebró. “¡Victoria popular!”, escribió en Twitter, calificando la jornada de “maravillosa”.
“Golpe de Estado”
En medio de fuertes presiones diplomáticas de cara a su posesión para un segundo mandato el próximo 10 de enero, Maduro renovó sus denuncias sobre un complot para derrocarlo.
“Está en marcha, y lo coordinan directamente desde la Casa Blanca, un intento por perturbar la vida democrática de Venezuela” con “un golpe de Estado”, dijo tras votar en el oeste de Caracas y sostuvo que detrás también está Colombia.
Maduro fue reelegido el pasado 20 de mayo para el período 2019-2025, en unas votaciones con alta abstención y desconocidas por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de Latinoamérica.
El pasado viernes, Perú anunció que propondrá al Grupo de Lima, alianza de 14 países críticos con Maduro, romper relaciones con Venezuela tras la asunción presidencial.
Una masiva migración hacia países vecinos por los estragos de la crisis, con escasez de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI calcula en 10.000.000% para 2019, ha estrechado el cerco internacional.
Según la ONU, 2,3 millones de venezolanos dejaron su país desde 2015.
Se cierra el círculo
El chavismo fortalece así su dominio en las regiones, tras ganar a fines de 2017 los comicios de alcaldes y los de gobernadores.
El camino estaba despejado, pues los principales partidos opositores fueron inhabilitados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) tras boicotear las presidenciales.
“Más allá de la hostil y agresiva campaña que se desata en el mundo entero, Venezuela sella un ciclo virtuoso democrático”, declaró Tareck El Aissami, vicepresidente de economía y estrecho colaborador de Maduro. “El próximo 10 de enero (…) comienza un nuevo ciclo histórico”, agregó.
La votación de este domingo fue el último eslabón de una cadena de elecciones convocadas por la oficialista Asamblea Constituyente, que en la práctica desplazó al Parlamento, único poder en manos de la oposición.
Maduro es acusado por sus adversarios de haber puesto a su servicio los poderes electoral y judicial, mientras la cúpula de la Fuerza Armada le declara frecuentemente su “lealtad”.
Fracturas opositoras
Surgida entre protestas opositoras que dejaron unos 125 muertos en 2017, la Constituyente llamó a elegir alcaldes, gobernadores y presidente con nuevas reglas, saltándose los plazos estipulados, con arrolladores triunfos del PSUV, lo que ahondó las fracturas opositoras.
Esas divisiones resurgieron este domingo.
“Las ‘elecciones’ de hoy son una burla que el país no cree, por eso están los centros vacíos”, escribió en Twitter Julio Borges, expresidente del Parlamento, exiliado en Bogotá.
En contraste, Henry Falcón, único dirigente de peso que desafió a Maduro en las presidenciales, pidió participar. “No podemos quedarnos en la casa mientras otros resuelven nuestros problemas”, expresó.
Diosdado Cabello, poderoso dirigente chavista que preside la Constituyente, ironizó sobre lo que considera excusas de la oposición: “Seguro van a decir no solo que no hay votantes, sino que hay fraude”.
Fuente: AFP