Aquiles Martini Pietri, miembro de la comisión de infraestructura y hábitat de Fedecámaras y expresidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, hizo un balance de la situación actual del mercado inmobiliario.
Martini echó mano de las cifras que reveló el Banco Central de Venezuela (BCV) que confirman que el sector que presenta peor desempeño es el de la construcción, paralizado en 95%.
“Algo que veníamos advirtiendo desde hace mucho tiempo”, dijo Martini.
A juicio del experto inmobiliario el sector construcción se vio afectado por la falta de materia prima (acero y cemento) pero también por la ausencia de financiamiento bancario, la hiperinflación y la devaluación del bolívar.
Las cifras son contundentes. “En 2008, la empresa privada construyó más de 70.000 viviendas, a la fecha no llega a 5.000 viviendas”, dijo Martini.
En conclusión, el mercado inmobiliario carece de oferta de vivienda nuevas y lo “que se está comercializando es el mercado secundario”, básicamente en términos de alquileres.
“La sobreoferta de viviendas en un mercado empobrecido ha disminuido los precios en divisas, en más de 70%”, añadió Martini.
Casas y apartamentos valorados en $100.000 dólares están siendo rematados entre $28.000 y $30.000. La ley de arrendamiento es un adefesio que mantiene regulaciones que, tras la más reciente reconversión monetaria, dejó apartamentos regulados en menos de un bolívar.
DOLARIZACIÓN
Martini advierte que el inmobiliario es el mercado más dolarizado de Venezuela y en el que “existen más incertidumbres que en ningún otro”.
La actividad alrededor de la compra venta de inmuebles es marginal, pero Martini explica que sobrevive porque la gente “tiene que seguir teniendo su vivienda”.
El analista estima que el déficit de vivienda se ha mantenido en “dos millones de unidades habitacionales” y la oferta de inmuebles originada por la diáspora se estima entre “cien y ciento cincuenta mil viviendas, las mismas que fueron abandonadas o dejadas al cuidado de terceros por sus moradores que viajaron al exterior”.