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Migrantes venezolanas están a merced de la violencia

Las víctimas no denuncian por miedo a ser expulsadas de países como Ecuador y Perú

Al menos, 7 de cada 10 migrantes y refugiadas venezolanas en Ecuador y Perú consideran que sus compatriotas experimentan algún tipo de violencia basada en género, de acuerdo con una investigación binacional dada a conocer por la organización Plan International.

El estudio revela que 89% de las encuestadas en Perú y 72% en Ecuador afirmaron que sus connacionales venezolanas han sufrido algún tipo de violencia basada en género en estos países.

Estas conclusiones se desprenden del «estudio sobre estado de la violencia de género hacia mujeres refugiadas y migrantes en Perú y Ecuador», desarrollado por la ONG internacional con el apoyo de entidades locales.

La población venezolana representa uno de los mayores éxodos que ha vivido la región en su historia reciente y supera los 6 millones de personas desplazadas, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). Organismo que junto con otras agencias y ONG advierten de la vulnerabilidad especial que tienen las mujeres desplazadas.

Conforme a los datos del estudio, las migrantes afrontan en los países mencionados diversas formas de violencia por el hecho de ser mujer. Entre las que resalta la psicológica (expresada en gritos, insultos y amenazas), el acoso callejero y en la esfera laboral. Así como la violencia física intrafamiliar.

Las participantes en el estudio señalaron que en Perú prevalece una cultura machista y de abuso a las mujeres, que muestra un alto grado de tolerancia frente a la violencia basada en género.

«Aquí a las mujeres las crían para dejarse maltratar», reveló un testimonio anónimo de una venezolana migrante en ese país.

Esa situación se ve agravada por la desconfianza de las víctimas hacia las instituciones públicas. Motivo por el cual 44% de las encuestadas aseguró que no denuncia las agresiones.

El informe recoge que algunas de las venezolanas que migraron a Perú y acudieron a diversos servicios por casos de violencia de género sufrieron cuestionamientos sobre sus denuncias. E incluso se les recomendó no seguir adelante con el proceso por posibles represalias del agresor.