De acuerdo al Índice de la Miseria desarrollado por el economista Arthur Okun, quien en sus análisis estudia los indicadores de inflación, pobreza y empleo, se prevé que Venezuela sea la segunda economía “más miserable” del mundo en 2023.
Una de las consecuencias de este dramático escenario es que los más vulnerables de la población hayan retornado a los basureros. Adultos mayores y niños regresaron a los contenedores de desechos en busca de su sustento.
En la avenida El Milagro de Maracaibo, la Circunvalación 2 y en las principales calles y avenidas de la capital zuliana se observan ancianos hurgando en la basura en la búsqueda de algo para comer.
Se ven a unos comiendo desechos sólidos, a otros recolectando plástico y latas para venderlas, y así obtener unos pocos bolívares para comprar, al menos, un pan.
El sexagenario Oswaldo Villalobos contó su recorrido cotidiano. Sale a las 4:00 de la tarde de su hogar, ubicado en el barrio Puntica de Piedra, y camina hasta Residencia Mirador del Lago. Allí empieza a revisar las bolsas de basura.
“A veces dios me bendice y consigo huesos de pollo con bastante carne y me los como. También he conseguido pedazos de pan y arepas. Eso me sustenta, y aprovecho para sacar las botellas plásticas. Me las llevo y las vendo a un señor cerca de mi casa. Por 20 botellas me da 15 bolívares en efectivo y con eso me compro un vasito de café y tres panes salados”, relató.
Villalobos dijo que a su edad nadie le da empleo y resuelve “medio alimentarse” con este método de recolección y también limpiando en las afueras de viviendas o recogiendo monte en casas de sus vecinos. El pago oscila entre 3 dólares y 5 dólares, o un plato de comida bien resuelto.
Acacia Piña trabaja como doméstica en un conjunto residencial en El Milagro. Aseveró que tenía meses que no veía viejitos o niños buscando en la basura para comer.
“Esto se volvió a ver por acá desde noviembre cuando se disparó el dólar. Al señor Alberto, yo todos los días le guardo un poquito de mi comida y le doy. Me comentó que en su casa, lo poco que gana la hija, quien tiene seis hijos, no les alcanza para comer. Por eso él sale a rebuscarse”.
Con información de La Patilla