La Organización No Gubernamental (ONG) Proiuris ha publicado un informe en su sitio web que revela los efectos negativos de la emigración de familiares en mujeres venezolanas. El estudio, que se llevó a cabo durante 23 meses, destaca que estas mujeres sufren una sobrecarga de responsabilidad y vulneraciones diferenciadas de derechos, lo que a menudo les obliga a cuidar a los hijos de otros familiares.
Este artículo examina los resultados de este estudio y sus implicaciones para las mujeres venezolanas.
El informe de Proiuris señala que la emigración forzada ha generado nuevos desafíos para las mujeres venezolanas, como la falta de recursos y la necesidad de cuidar a los hijos de otros familiares. El estudio también indica que la mayoría de las mujeres encuestadas sufren de estrés, ansiedad y depresión, debido a la separación de sus familiares y la falta de estabilidad.
El informe destaca el caso de Thaina Luzardo, una madre soltera de 38 años que vive con tres hijos y cuyo esposo y otros hijos han emigrado en busca de una vida mejor. Luzardo debe trabajar en trabajos ocasionales para poder comprar alimentos para sus hijos, ya que su esposo envía remesas solo para cubrir las necesidades básicas.
El estudio también señala que la feminización de la pobreza ha empujado a las mujeres a la economía informal, lo que les ha impedido desempeñar una carrera profesional y ha profundizado las barreras educativas y los riesgos asociados a las Violencias Basadas en Género (VBG).
El estudio de Proiuris destaca los efectos negativos de la emigración de familiares en mujeres venezolanas. Estas mujeres sufren una sobrecarga de responsabilidad y vulneraciones diferenciadas de derechos que afectan su calidad de vida y la de sus hijos.
El informe también destaca la feminización de la pobreza, que ha empujado a las mujeres a la economía informal y les ha impedido desempeñar una carrera profesional. La situación en Venezuela requiere soluciones a largo plazo para mejorar la calidad de vida de las mujeres y sus familias.