La crisis migratoria venezolana ha tenido un impacto devastador en los más vulnerables: los niños. Según la organización venezolana Cecodap, los niños venezolanos se encuentran en una situación precaria durante su éxodo, siendo el eslabón más vulnerable de esta crisis.
En Colombia, un importante número de niños, niñas y adolescentes han quedado bajo la custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), revelando una realidad alarmante. Este artículo examinará los datos presentados por Cecodap y el reportaje de Vorágine, destacando los desafíos y la necesidad de mayor protección y atención para los niños migrantes.
De acuerdo con Cecodap, entre 2015 y 2022, el Estado colombiano tuvo que intervenir para proteger a más de 14.000 niños y niñas migrantes o refugiados venezolanos debido a situaciones de omisión, negligencia o falta temporal o absoluta de sus responsables.
Esta cifra alarmante pone de manifiesto la vulnerabilidad extrema en la que se encuentran estos niños durante su travesía y su llegada a Colombia.
El reportaje de Vorágine destaca el programa “Me Conoces, Niños Venezolanos” del ICBF, el cual busca reunir a los niños con sus familias a través de un portal web que muestra una galería con fotos, nombres y edades de los menores.
Sin embargo, la gerente técnica de protección en World Vision, Claudia Sánchez, señala que el sistema actual se queda corto y no brinda las condiciones necesarias para el bienestar de estos niños migrantes. Muchos de ellos carecen de acceso a servicios básicos como salud y educación, lo que agrava su situación.
Las cifras del ICBF revelan que hasta enero de 2023, más de 1.000 niños, niñas y adolescentes migrantes venezolanos se encontraban en hogares sustitutos, casas hogar, centros de emergencia o internados de la institución. Estos datos reflejan la magnitud del desafío al que se enfrentan los sistemas de protección y atención en Colombia.
La situación de los niños venezolanos en el éxodo es alarmante y requiere una respuesta urgente y efectiva. Es fundamental que tanto los gobiernos como las organizaciones trabajen en conjunto para garantizar la protección, atención y acceso a servicios básicos de salud y educación para estos niños migrantes.
Se necesitan mayores esfuerzos y recursos para brindarles un entorno seguro y digno mientras se encuentran lejos de sus hogares. La comunidad internacional también debe hacer su parte en la respuesta a esta crisis humanitaria, asegurando que los derechos y el bienestar de los niños sean una prioridad en todas las etapas de su migración.