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Violencia infantil en Venezuela: una realidad invisible para el Estado

En Venezuela, la falta de cifras oficiales sobre la cantidad de niños asesinados ha convertido en invisibles a estas víctimas. La ausencia de datos impide la creación y ejecución de políticas públicas efectivas para prevenir y abordar la violencia contra los niños.

Organizaciones como Cecodap han intentado aproximarse a la realidad del país, pero la opacidad prevalece en las estadísticas nacionales.

La falta de datos oficiales dificulta la planificación de políticas de prevención de la violencia contra los niños en Venezuela.

Sin información actualizada, es imposible conocer el alcance de la violencia social, sexual, familiar y escolar. La publicación de cifras actualizadas es una deuda importante del Estado, ya que son necesarias para diseñar políticas públicas que eviten la violencia y permitan una respuesta rápida y efectiva a las denuncias.

En los últimos años, los infanticidios y los feminicidios de niñas han aumentado en el país. A pesar de la falta de cifras oficiales, se han registrado casos de asesinatos y suicidios inducidos por la violencia intrafamiliar o escolar. Estos trágicos eventos revelan la falta de protección y el poco valor que se le otorga a los niños en la sociedad venezolana.

La situación es más grave en las zonas alejadas de las capitales estatales, donde los mecanismos de denuncia y protección son aún más deficientes. La falta de presupuesto, servicios y programas adecuados para prevenir y abordar la violencia infantil agrava la situación.

La ausencia de recursos para brindar apoyo a los victimarios y a aquellos que desean cambiar sus conductas violentas también es preocupante.

La invisibilidad de los niños asesinados en Venezuela es una deuda pendiente del Estado. La falta de cifras oficiales sobre la violencia infantil impide la planificación y ejecución de políticas públicas efectivas.

Para proteger a los niños y prevenir estos actos violentos, es fundamental fortalecer las instituciones y los servicios de protección. Además, se requiere una formación ciudadana en los derechos humanos de la niñez y la exigibilidad de los mismos. Solo así se podrá reducir la violencia actual y visibilizar una realidad que actualmente permanece invisible para el Estado.