Venezuela se encuentra en una posición desfavorable en el panorama mundial de competitividad económica, ocupando el último lugar en el Ranking Mundial de Competitividad 2023. Según el informe del Instituto Internacional para el Desarrollo Gerencial, el país presenta graves deficiencias en áreas clave como el desempeño económico, la infraestructura y la eficiencia gubernamental, situándose en los puestos 63 y 64 respectivamente.
A pesar de ciertas mejoras en eficiencia empresarial, Venezuela continúa enfrentando serias preocupaciones sobre su capacidad para competir a nivel global y fomentar un entorno propicio para el crecimiento económico.
Rezago en competitividad: un patrón recurrente
Desde 2019 hasta 2023, Venezuela ha mantenido una posición constante en los últimos puestos del ranking de competitividad económica, lo que evidencia una situación crítica y persistente en múltiples áreas fundamentales.
Este patrón recurrente plantea interrogantes sobre la capacidad del país para competir a nivel mundial y atraer inversiones. La comparación con otras potencias económicas y naciones latinoamericanas resalta aún más la brecha que separa a Venezuela en términos de competitividad.
El papel del entorno en el éxito empresarial
El economista y profesor universitario Daniel Cadenas señaló su preocupación por la falta de avances significativos y la persistente debilidad en áreas clave que afectan la competitividad del país. Cadenas enfatizó que la competitividad no es un factor que se pueda imponer, sino que depende en gran medida del entorno en el que se desarrollan las empresas.
Esto sugiere que el desafío de mejorar la competitividad de Venezuela va más allá de las acciones internas de las empresas y requiere de un esfuerzo coordinado a nivel nacional.
Recomendaciones para mejorar la competitividad
Ante esta situación preocupante, es imperativo que las autoridades gubernamentales, el sector empresarial y la sociedad en su conjunto trabajen de manera colaborativa para implementar políticas y medidas que impulsen la competitividad económica del país.
Es fundamental mejorar la eficiencia gubernamental, fortalecer la infraestructura y favorecer un clima de negocios favorable que incentive la inversión y la creación de empleo. Asimismo, es vital fomentar la innovación, la educación y la formación de talento humano, así como promover la transparencia y la estabilidad política y económica.
En conclusión, la baja posición de Venezuela en el ranking de competitividad económica es un llamado de alerta que debe ser tomado en serio por todos los actores involucrados en el desarrollo del país. Solo a través de un esfuerzo conjunto y de políticas enfocadas en mejorar las condiciones para las empresas y promover la inversión, Venezuela podrá revertir su situación y avanzar hacia un futuro más próspero y competitivo en el ámbito internacional.