Israel ha intensificado sus ataques aéreos en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, tras la decisión unánime de su Gabinete de Guerra de continuar con las operaciones militares. A pesar de los bombardeos, el país hebreo también sigue negociando un posible alto el fuego con mediadores en Catar y Egipto. La decisión de proseguir con los ataques se produce luego de que el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, indicara su disposición a aceptar una propuesta de alto el fuego en Gaza.
Negociaciones y posiciones divergentes
Aunque Hamás ha mostrado interés en un alto el fuego, un alto funcionario israelí afirmó que la propuesta presentada por el grupo palestino “no estaba en el marco” de lo acordado previamente por Israel.
La Oficina del primer ministro israelí explicó que la propuesta de Hamás estaba lejos de cumplir con sus exigencias y confirmó que se reunirán con mediadores cataríes para discutir un posible acuerdo de liberación de rehenes.
Operaciones militares selectivas
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicó que sus operaciones en Rafah son “selectivas” y están dirigidas contra objetivos de Hamás para “ejercer presión militar” sobre el grupo y avanzar en la liberación de rehenes y otros objetivos de guerra.
La incursión militar incluye disparos de tanques desde el cruce fronterizo de Kerem Shalom y ataques de artillería, que han destruido parte de la infraestructura, como la terminal de ayuda humanitaria, según informes de The Times of Israel y medios palestinos. Se reportan también heridos al oeste de Rafah.
Preocupación Internacional y llamados a la paz
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, expresó su “profunda preocupación” por la situación en Gaza y reiteró su llamado al Gobierno israelí y a los líderes de Hamás para que “lleguen a un acuerdo y pongan fin al sufrimiento”.
La comunidad internacional sigue de cerca las operaciones militares y las negociaciones para un posible cese al fuego, con la esperanza de que se logre una solución pacífica para detener la violencia y aliviar el sufrimiento en la región.
La escalada de violencia en Rafah subraya la urgencia de un alto el fuego y de conversaciones significativas para poner fin al conflicto. Se recomienda a todas las partes involucradas en las negociaciones priorizar la seguridad y bienestar de los civiles, que son los más afectados por el conflicto.
La comunidad internacional debe continuar sus esfuerzos para facilitar el diálogo y fomentar soluciones que protejan la vida humana y permitan la entrega de ayuda humanitaria a los necesitados. Es crucial que se restablezca la paz para evitar más pérdidas y sufrimiento en la región.
