Venezuela se ha posicionado como el quinto mayor emisor de contaminación por quema de gas natural en el mundo, según un informe reciente del Banco Mundial. A pesar de algunos esfuerzos por reducir esta práctica, el país sudamericano sigue contribuyendo significativamente al problema global de las emisiones de gases de efecto invernadero. Este artículo explora los hallazgos del informe, los impactos ambientales y las posibles soluciones para abordar esta crisis.
Aumento de la quema de gas a nivel global
El Banco Mundial, en su informe “Global Gas Flaring Tracker”, reveló que en 2023 se quemaron aproximadamente 148.000 millones de metros cúbicos de gas natural en todo el mundo, lo que representa un aumento del 7% en comparación con 2022.
Esta práctica no solo desperdicia un recurso valioso, sino que también incrementa significativamente las emisiones de gases contaminantes. El informe destaca que los esfuerzos globales para reducir la quema de gas han sido insuficientes, y subraya la necesidad de acciones urgentes y efectivas.
Venezuela en el contexto global
Venezuela, junto con otros ocho grandes productores de petróleo, es responsable del 75% de la quema de gas a nivel mundial. Estos países, que también representan el 46% de la producción global de petróleo, son los principales contribuyentes a este problema ambiental.
En el ranking de naciones por su quema de gas, Venezuela ocupa el quinto lugar, precedido por Rusia, Irán, Irak y Estados Unidos.
Erosión de los progresos
El informe del Banco Mundial señala que aunque países como Argelia y Venezuela habían logrado reducir sus niveles de quema de gas en años anteriores, estos avances han sido socavados por incrementos en otras naciones como Irán, Rusia, Estados Unidos y Libia.
Esta fluctuación en las cifras refleja la falta de un compromiso sostenido y de políticas efectivas a largo plazo para abordar la quema de gas.
Impactos ambientales y económicos
La quema de gas no solo tiene un impacto ambiental negativo al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono y otros contaminantes a la atmósfera, sino que también representa una pérdida económica significativa.
El gas quemado podría ser utilizado para generar energía, calentar hogares o incluso ser procesado y vendido, lo que contribuiría a las economías nacionales y globales. La práctica de la quema de gas es, en esencia, un despilfarro de un recurso natural valioso.
Soluciones propuestas
El Banco Mundial propone varias estrategias para reducir la quema de gas, incluyendo la creación de asociaciones efectivas y el desarrollo de soluciones para monetizar el gas asociado. Esto podría involucrar la inversión en tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, así como en infraestructura para transportar y utilizar el gas que de otro modo sería quemado.
Para Venezuela, y para el mundo en general, es crucial implementar políticas más estrictas y sostenibles para reducir la quema de gas. Esto no solo ayudaría a mitigar el cambio climático, sino que también podría aportar beneficios económicos significativos. El gobierno venezolano debe trabajar en colaboración con la comunidad internacional y el sector privado para desarrollar tecnologías y prácticas que permitan un uso más eficiente y responsable del gas natural. Solo a través de un esfuerzo conjunto y comprometido se podrán alcanzar las metas globales y reducir significativamente la huella de carbono.