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Estados Unidos destina 6 millones de dólares para fortalecer acuerdo migratorio con Panamá

El gobierno de Estados Unidos ha anunciado la asignación de 6 millones de dólares para respaldar un acuerdo migratorio con Panamá. Este financiamiento tiene como objetivo principal apoyar vuelos de deportación y proporcionar programas de entrenamiento y asistencia técnica a las autoridades panameñas. Esta iniciativa busca gestionar de manera más efectiva el flujo de migrantes que cruzan la selva del Darién en su camino hacia Norteamérica.

Detalles del acuerdo

El acuerdo, formalizado a través de un memorando de entendimiento, incluye el compromiso de Estados Unidos de cubrir los costos de repatriación de los migrantes que lleguen a Panamá. Según Luis Miranda, encargado de comunicaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el financiamiento también se destinará a programas de capacitación y apoyo técnico para las autoridades de Panamá. Este enfoque integral busca mejorar la capacidad de respuesta y gestión de la crisis migratoria en la región.

Contexto y propósito del programa

Este nuevo acuerdo se presenta como un “programa piloto” que tiene como objetivo expandir las labores de repatriación ya existentes en Panamá. Las personas que serán deportadas son aquellas que no cumplan con los requisitos de protección internacional o legales para permanecer en el país centroamericano.

La oficina del nuevo presidente panameño ha resaltado la importancia de este acuerdo, especialmente en su compromiso de “cerrar” el paso de migrantes por la selva del Darién.

Impacto de la crisis migratoria

La crisis migratoria en la región ha alcanzado cifras alarmantes. En lo que va del año, más de 195,000 migrantes, en su mayoría venezolanos, han atravesado la selva del Darién.

En 2023, más de 520,000 personas realizaron esta peligrosa travesía. La mayoría de estos migrantes huyen de la grave crisis humanitaria en Venezuela, donde más de siete millones de personas han abandonado el país en los últimos años.

Medidas y restricciones

A finales del año pasado, Estados Unidos extendió una licencia en las sanciones a Venezuela, permitiendo vuelos de repatriación de la aerolínea venezolana Conviasa desde países de la región a Caracas. Sin embargo, las restricciones de movimiento impuestas por diversos gobiernos americanos, promovidas por EE.UU., han forzado a miles de migrantes a tomar rutas más peligrosas, incluida la travesía por el Darién. Estas medidas han sido objeto de críticas por parte de organizaciones como Human Rights Watch, que advierten sobre los riesgos adicionales que enfrentan los migrantes.

El acuerdo entre Estados Unidos y Panamá representa un esfuerzo significativo para gestionar la crisis migratoria, pero también plantea numerosos desafíos. Los detalles específicos sobre cómo se financiarán los vuelos de deportación y hacia qué países irán los migrantes repatriados aún no han sido clarificados. Además, la implementación efectiva del programa piloto requerirá una estrecha coordinación entre ambos gobiernos y una evaluación continua de su impacto en la población migrante.

La asignación de 6 millones de dólares por parte de Estados Unidos para apoyar un acuerdo migratorio con Panamá es un paso importante hacia la gestión de la crisis migratoria en la región. Sin embargo, es crucial que esta iniciativa se implemente con una perspectiva humanitaria y en estrecha colaboración con las autoridades panameñas. Es recomendable que se fortalezcan los mecanismos de protección y apoyo a los migrantes, y que se promuevan soluciones integrales que aborden las causas subyacentes de la migración forzada. Solo a través de un enfoque coordinado y compasivo se podrá garantizar la seguridad y el bienestar de los migrantes en su tránsito hacia un futuro mejor.