En respuesta a la devastación causada por el huracán Beryl en Cumanacoa, estado Sucre, el comandante estratégico operacional, Domingo Hernández Lárez, anunció el envío de más de mil militares para apoyar a la población afectada. Las intensas lluvias y el desbordamiento del río Manzanares han provocado pérdidas humanas y materiales significativas, afectando gravemente la economía local y la vida de los residentes.
Despliegue militar en Sucre
El huracán Beryl dejó una estela de destrucción a su paso por Cumanacoa, y el gobierno ha respondido con la movilización de más de mil militares para brindar asistencia. Domingo Hernández Lárez, a través de su cuenta en la red social X, destacó que el objetivo de esta medida es incrementar la presencia de las tropas para facilitar los trabajos de recuperación y restablecimiento de la calma en la comunidad afectada.
La FANB se ha enfocado en labores de rescate, distribución de ayuda y apoyo logístico para acelerar la vuelta a la normalidad en el municipio Montes.
Impacto en la economía local
El paso del huracán Beryl y el consecuente desbordamiento del río Manzanares han tenido un impacto devastador en la economía de Cumanacoa. Según la Cámara de Comercio e Industria de Sucre, alrededor de 200 empresas se han visto obligadas a cerrar debido a las inundaciones. Además, el 70% de los locales comerciales han reportado pérdidas significativas de mercancía.
La agricultura, una de las principales actividades económicas de la región, también ha sido gravemente afectada, con gran parte de las zonas agrícolas devastadas y la mayoría de las siembras de caña de azúcar arrasadas.
Testimonios de Líderes Locales
Abelardo Kasabdji, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Sucre, expresó su preocupación por la magnitud de los daños sufridos por la comunidad. En una entrevista para el programa Dos Más Dos de Unión Radio, Kasabdji describió cómo el pueblo de La Fragua ha quedado completamente devastado, con pérdidas humanas y materiales significativas. La situación en Cumanacoa es crítica, y la comunidad enfrenta un largo camino hacia la recuperación.
En respuesta a la tragedia, se han habilitado al menos 80 centros de acopio en Cumanacoa para recibir donativos destinados a los afectados. En diversas ciudades del país, se están recolectando alimentos no perecederos, agua potable, ropa, cobijas y sábanas para apoyar a las víctimas del desastre. La solidaridad de los venezolanos se ha hecho evidente, con numerosos esfuerzos comunitarios y organizacionales dirigidos a proporcionar ayuda a aquellos que más lo necesitan en este momento de crisis.
La tragedia en Cumanacoa resalta la importancia de una preparación adecuada y una respuesta rápida ante desastres naturales. La movilización de la FANB y el apoyo de la comunidad son cruciales para la recuperación, pero es igualmente esencial implementar medidas preventivas a largo plazo. Es recomendable que las autoridades locales y nacionales fortalezcan los sistemas de alerta temprana y los planes de evacuación, así como inviertan en infraestructura resiliente. La solidaridad y el esfuerzo colectivo serán fundamentales para superar esta tragedia y construir un futuro más seguro para Cumanacoa y sus habitantes.