El sistema de justicia de Venezuela ha estado en el centro de una atención creciente debido a casos de abuso sexual y violencia de género. Recientemente, un fallo relevante resonó en el estado Falcón, donde un hombre fue condenado a 27 años de prisión por agredir sexualmente a su hijastra. Los detalles de esta desgarradora historia son un recordatorio escalofriante de las realidades que muchas mujeres y niñas enfrentan en su vida diaria.
Un desenlace doloroso
El primero de mayo de 2023 es una fecha que quedará grabada en la memoria de una familia en Santa Ana de Coro. Allí, en la Urbanización Libertadores de América, la vida de una joven de apenas 13 años se vio marcada por el abuso.
Larry Daniel Noguera Suárez, de 42 años, se convirtió en el depredador de quien se suponía debería ser un protector. Las autoridades tomaron acción después de que la madre de la adolescente denunció formalmente los abusos en la sede de la Policía Nacional Bolivariana. Este acto valiente fue el primer paso hacia la justicia.
Un relato aterrador de lo que hizo el condenado
La madre, al enterarse de la situación, lo hizo a través de una conversación en la que su hija compartía con una amiga las atrocidades que había sufrido. En un acto de confianza, la adolescente describió cómo los abusos se habían prolongado desde los seis años.
Su testimonio reveló que el perpetrador, su padrastro, utilizó no solo amenazas de muerte, sino también manipulación emocional, sometiéndola a un ciclo de chantajes que incluían sobornos con dulces. Esta combinación de coerción y violencia física creó un clima de terror que le dificultó a la joven oponerse a las exigencias de su abusador.
Acción judicial
Tras la denuncia de la madre, los funcionarios policiales se desplazaron rápidamente a la residencia de Noguera Suárez y lo detuvieron. La Fiscalía 10ª de Falcón se hizo cargo del caso, presentando pruebas contundentes que respaldaban las acusaciones. Durante el juicio, se expusieron las evidencias recolectadas, que permitieron arrojar luz sobre las atrocidades cometidas a lo largo de los años. Frente a esta situación, el Tribunal Único de Juicio de Falcón dictó una sentencia ejemplar, condenando al abusador a 27 años, siete meses y 15 días de privación de libertad.
Este caso pone de manifiesto la relevancia de abrir espacios de conversación sobre el abuso sexual y la violencia familiar. Además, resalta la importancia de la denuncia como un mecanismo crucial para la protección de las víctimas. La valentía de la madre y la fortalezas de la joven son un faro de esperanza en un océano de sufrimiento. A medida que se hace justicia, se debe seguir luchando para que estos incidentes no queden impunes y se implementen políticas eficaces de prevención y protección. La historia de esta familia no debe ser solo un número en un informe judicial, sino un llamado a la acción y un recordatorio sobre la urgencia de erradicar la violencia en todas sus formas.