El aumento de casos de COVID-19 en Venezuela durante las últimas semanas ha encendido las alarmas de los especialistas en salud. La falta de datos oficiales sobre el número de contagios y la baja cobertura de vacunación dificultan el seguimiento de la pandemia en el país, según ha alertado Huniades Urbina, presidente de la Academia Nacional de Medicina. A esta situación se suma el incremento de casos de dengue, que suele acompañar a la temporada de lluvias.
Incremento de casos de COVID-19 en Venezuela
En las últimas semanas, Venezuela ha experimentado un repunte en los casos de COVID-19, tanto en centros de salud públicos como privados. Huniades Urbina, presidente de la Academia Nacional de Medicina, ha subrayado que el coronavirus sigue presente en el país, aunque ya no se perciba con la gravedad inicial. A pesar de que la población en general lo trata como una enfermedad respiratoria común, los médicos han advertido sobre la persistencia de casos. Sin embargo, Urbina ha señalado que este incremento se conoce principalmente de manera informal, debido a la ausencia de datos oficiales.
El especialista ha explicado que los síntomas de la COVID-19 tienden a durar más que los de la gripe, con una evolución de hasta 15 días, mientras que la influenza suele desaparecer en 48 a 72 horas. Además, ha insistido en que los pacientes con comorbilidades, como hipertensión u obesidad, deben estar especialmente atentos, ya que son los más vulnerables a complicaciones graves.
Falta de datos oficiales del Covid-19
Una de las mayores preocupaciones es la falta de cifras oficiales que permitan un seguimiento adecuado de la situación. Desde mayo de 2022, el gobierno venezolano ha dejado de publicar datos sobre los contagios de COVID-19, lo que ha generado incertidumbre entre la comunidad médica. Para esa fecha, el país había acumulado más de 550.000 casos y 5.856 fallecidos. Urbina ha insistido en que sin estudios moleculares y reportes continuos es imposible medir el verdadero impacto del virus en la población.
La situación en Venezuela contrasta con los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que han mostrado un aumento global de casos en los últimos meses. En el país, sin embargo, no se puede conocer con certeza el número real de contagiados debido a la falta de información oficial.
Déficit en la vacunación
Otro factor que agrava la situación es la baja cobertura de vacunación en Venezuela. Urbina ha indicado que la disponibilidad de vacunas contra la COVID-19 es mínima, y la última vez que se informó sobre la llegada de un lote de vacunas fue en marzo de 2022, cuando el país recibió 4.680.000 dosis a través del mecanismo COVAX de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La cobertura actual de vacunación en Venezuela se sitúa por debajo del 50%, lo que deja a gran parte de la población vulnerable no solo ante el COVID-19, sino también ante otras enfermedades respiratorias como la influenza. Además, no se dispone de dosis suficientes para proteger a los ciudadanos durante la temporada de lluvias, que coincide con el repunte de enfermedades respiratorias.
Aumento de casos de dengue
A la preocupación por el COVID-19 se suma un incremento de los casos de dengue, que tradicionalmente aumenta en Venezuela durante el segundo semestre del año. La temporada de lluvias favorece la proliferación de mosquitos, lo que eleva el riesgo de transmisión del virus. Según Urbina, el serotipo predominante en el país es el número tres, y el aumento de precipitaciones ha facilitado su propagación.
El especialista ha recomendado a la población evitar almacenar agua en recipientes abiertos, usar mosquiteros y aplicar repelente para prevenir el dengue. En cuanto a la COVID-19, ha enfatizado la importancia de usar mascarillas, aislarse en caso de presentar síntomas y mantener una correcta higiene de manos para reducir la transmisión.
La falta de datos oficiales y la baja cobertura de vacunación han complicado el manejo de la pandemia en Venezuela. Mientras los casos de COVID-19 y dengue continúan en aumento, los especialistas hacen un llamado urgente a las autoridades para mejorar la vigilancia epidemiológica y asegurar una mayor cobertura de vacunación. La población, por su parte, debe seguir tomando medidas preventivas para protegerse frente a ambas enfermedades.