Recientes situaciones alarmantes han surgido en Quito, donde el delito de trata de personas ha alcanzado niveles inquietantes. La Fiscalía ha descubierto un esquema ilegal que involucra la explotación de niñas, específicamente en la localidad de Sangolquí, en la provincia de Pichincha. Madres venezolanas alquilaron a sus hijas, niñas de entre uno y once años, para que vendieran dulces y pidieran limosna en las calles.
Arrestos y proceso judicial por el alquiler de las niñas
Las autoridades han actuado con firmeza, logrando la detención de dos mujeres acusadas de facilitar esta práctica deplorable. Las detenidas, identificadas como Yukeisi Lorena C. M. y Keyla Nazareth B. C., admitieron que debido a la precariedad económica en la que se encontraban, decidieron rentar a sus hijas a vecinos del área.
Los implicados en esta red de explotación han enfrentado cargos graves ante la Justicia, que ha dictado prisión preventiva mientras la investigación avanza.
Alertan a las autoridades
El rescate de las pequeñas inició cuando un grupo de policías, realizando patrullajes rutinarios, notó a un hombre sosteniendo a una bebé en un evidente estado de angustia. Tras la intervención, se descubrió que la situación era mucho más grave de lo que parecía.
Este individuo, conocido en el lugar como ‘Gocho’, intentó huir con otras tres niñas, lo cual llevó a los efectivos a seguir su pista. La intervención oportuna fue crucial para que el ciclo de abuso fuera interrumpido.
Un cálido refugio para las niñas
Las pequeñas fueron trasladadas a casas de acogida en Quito, donde recibirán atención y cuidado adecuados, alejándose de la violencia y el sufrimiento que habían experimentado. Este paso es esencial para su recuperación y para brindarles la oportunidad de reintegrarse en un ambiente seguro y saludable.
Se han realizado esfuerzos para notificar a la Embajada de Venezuela sobre el estado de las menores, reflejando la gravedad de la situación.
Llamado a la conciencia social
Este caso no solo pone de relieve una tragedia familiar, sino que también llama la atención sobre un fenómeno más amplio de explotación infantil y trata de personas en la región. Los testimonios de los vecinos confirman que este tipo de crímenes, basados en la vulnerabilidad económica, no son aislados. Es un recordatorio doloroso de que la desprotección de los derechos de la infancia sigue siendo un tema crítico, que requiere una respuesta enérgica y compasiva de la sociedad en su conjunto.
La lucha contra la trata de personas requiere un esfuerzo conjunto para crear conciencia, educar y proteger a quienes son más vulnerables. La detención de estos implicados representa un paso en la dirección correcta, pero es esencial que se implementen políticas más efectivas para erradicar este tipo de delitos y ofrecer un futuro digno a las niñas y niños en circunstancias similares.
Recientes situaciones alarmantes han surgido en Quito, donde el delito de trata de personas ha alcanzado niveles inquietantes. La Fiscalía ha descubierto un esquema ilegal que involucra la explotación de menores, específicamente en la localidad de Sangolquí, en la provincia de Pichincha. Cuatro niñas venezolanas, con edades entre uno y once años, fueron rescatadas tras ser “alquiladas” por sus propias madres para vender dulces y pedir limosna en las calles.
