Panamá se prepara para iniciar la deportación de migrantes venezolanos a terceros países en los próximos días o semanas, como parte de un acuerdo migratorio suscrito con Estados Unidos. La medida, respaldada por la seguridad interna de EE.UU., implica la deportación de migrantes irregulares que han cruzado la peligrosa selva del Darién desde Colombia. En medio de conversaciones diplomáticas para coordinar los destinos de estos migrantes, Panamá busca implementar una solución a la alta afluencia de personas que atraviesan la frontera, en su mayoría venezolanos.
Acuerdo entre Panamá y Estados Unidos: una estrategia migratoria
El acuerdo firmado entre Panamá y EE.UU. el pasado julio busca reducir el flujo migratorio irregular a través del Darién mediante la deportación aérea de migrantes, una medida que cuenta con financiamiento estadounidense.
Hasta el momento, se han realizado vuelos de deportación a Colombia, Ecuador y la India, beneficiando a aproximadamente 800 personas que ingresaron al país por rutas ilegales. Sin embargo, esta es la primera vez que Panamá se propone incluir a migrantes venezolanos en las deportaciones, quienes representan una mayoría significativa en este cruce.
Venezolanos: la mayor cantidad de migrantes en el Darién
Desde el inicio del año, la mayoría de los migrantes que han cruzado el Darién son de nacionalidad venezolana. Las cifras de las autoridades panameñas muestran que, hasta septiembre, el 67% de los más de 263,000 migrantes que cruzaron la frontera eran venezolanos, aumentando en proporción respecto a otros años.
Esto representa un desafío para la implementación de políticas migratorias efectivas, ya que, a pesar de la suspensión de relaciones diplomáticas entre Venezuela y Panamá, se intenta coordinar la repatriación de migrantes a terceros países.
Expectativas de Panamá en la reducción en el flujo migratorio
Las autoridades panameñas han señalado que las medidas aplicadas hasta ahora han contribuido a reducir el número de migrantes que cruzan la frontera. Se estima una caída del 36.5% en comparación con el mismo período de 2023.
Esta disminución se atribuye tanto a las políticas disuasorias de Panamá como a la proclamación del presidente Joe Biden en EE.UU., que intenta evitar que los migrantes usen vías irregulares para llegar al país. Aunque los datos son alentadores, la alta afluencia de venezolanos sigue siendo una preocupación para Panamá y EE.UU.
Polémica y desafíos en la deportación
Hasta ahora, las deportaciones de migrantes en Panamá han sido forzosas, a pesar de que en un inicio se plantearon como voluntarias. Algunas situaciones han provocado denuncias, incluyendo casos de separación familiar, como el testimonio de un migrante en el centro de recepción de Lajas Blancas, Darién.
La seguridad interna estadounidense y las autoridades panameñas mantienen la postura de que las deportaciones cumplen con la legislación panameña, que permite la expulsión de migrantes que hayan ingresado de manera irregular.
La incertidumbre para los migrantes venezolanos
La posible deportación de venezolanos a terceros países representa una nueva etapa en la cooperación migratoria entre Panamá y EE.UU. Aunque esta medida se implementa para aliviar el flujo irregular de personas, enfrenta complejidades logísticas y diplomáticas. Mientras tanto, los migrantes venezolanos permanecen en una situación incierta, con la posibilidad de ser retornados a terceros países, en medio de un contexto de tensiones y nuevos acuerdos migratorios en la región.