El 26 de octubre, el gobierno ha declarado oficialmente el Día Nacional del Médico de los Pobres en Venezuela, en honor al 160 aniversario del nacimiento del beato José Gregorio Hernández Cisneros. La Asamblea Nacional aprobó esta resolución, destacando la importancia de la labor humanitaria y médica de Hernández, quien dedicó su vida a ayudar a los más necesitados.
La decisión busca rendir homenaje a su legado y promover la figura del médico que trabaja en beneficio de la comunidad.
Homenaje al médico de los pobres
Durante la sesión, se estableció un Acuerdo que no solo reconoce la fecha, sino que también incluye el envío de copias del mismo a diversas instancias, como la parroquia de Isnotú, donde nació Hernández, así como a sus familiares y representantes de la misión que lleva su nombre.
Este gesto simboliza un reconocimiento a su vida y obra, resaltando su compromiso con la atención médica para aquellos que carecen de recursos.
Reconocimiento a su legado
El diputado Francisco García, impulsor del Acuerdo, recordó la multifacética vida de Hernández, quien además de ser un destacado médico, fue un académico y un patriota que se alistó en la milicia para defender a su nación. Un ciudadano ejemplar, con un gran sentido del deber hacia los más desprotegidos, trasciende la medicina.
Este reconocimiento se alinea con la Misión José Gregorio Hernández, creada para brindar asistencia a personas con discapacidad, reflejando así el impacto duradero de su trabajo.
Celebraciones en honor al médico de los pobres
El 26 de octubre no solo fue declarado como un día simbólico; también se llevaron a cabo varias actividades en su memoria, especialmente en el estado Trujillo, donde se aglomeraron los devotos para rendir tributo a su legado.
En Caracas, se organizó una exposición en el Palacio Federal Legislativo, acompañada por música tradicional venezolana, lo que subraya la conexión cultural y espiritual que Hernández establece con la población.
Un legado en la medicina
José Gregorio Hernández no solo es recordado por su compasión hacia los enfermos; también dejó una huella significativa en el ámbito educativo. Como profesor en la Escuela de Medicina del hospital José María Vargas, introdujo innovaciones como el primer equipo para medir la presión arterial en 1916, lo que marcó un avance importante en la atención médica en el país. Su dedicación a la enseñanza y su pasión por el conocimiento contribuyeron a formar nuevas generaciones de médicos comprometidos con la salud pública.
El Día Nacional del Médico de los Pobres no solo celebra el nacimiento de un gran profesional de la salud, sino que también representa un compromiso renovado con la atención médica equitativa y humanitaria en Venezuela. A través de este reconocimiento, la sociedad rinde homenaje a un ícono de la medicina, cuyo legado continúa inspirando a quienes ejercen la profesión. Este nuevo día de conmemoración servirá como recordatorio del valor de la compasión y la dedicación hacia los más necesitados, principios que deben guiar la labor médica en el país.
