El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, instó al mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, a reconocer la selva del Darién como una extensión de la frontera norteamericana. Este corredor migratorio, que conecta Panamá y Colombia, es testigo del drama de miles de personas que arriesgan sus vidas en busca de un futuro en Estados Unidos.
El Darién: frontera natural y paso de miles de migrantes
La selva del Darién, una de las zonas más inhóspitas de América Latina, se ha convertido en un paso obligado para migrantes de diversas nacionalidades. Según Mulino, más de 281,000 personas cruzaron esta peligrosa región en lo que va del año, la mayoría de ellos venezolanos. El mandatario destacó que estas cifras reflejan una disminución en comparación con los récords de 2023, pero el flujo sigue siendo alarmante.
De los migrantes que cruzan la jungla, el 69% son venezolanos, motivados por la crisis económica y social de su país. Otros grupos incluyen colombianos, ecuatorianos, haitianos y chinos, así como ciudadanos de más de 50 naciones. Mulino subrayó que Panamá está haciendo todo lo posible para atender esta situación, invirtiendo millones en servicios de salud, alimentación y seguridad.
El mensaje de Mulino a Trump
Durante su conferencia semanal, Mulino reiteró que la solución a esta problemática requiere un enfoque bilateral o incluso multilateral. Señaló que Estados Unidos debe asumir un papel más activo al considerar al Darién como una “extensión” de su frontera. Según el mandatario panameño, la mayoría de los migrantes que cruzan la selva no buscan quedarse en Panamá, sino llegar a Estados Unidos por diversas razones.
Mulino llamó a Trump a trabajar conjuntamente, no solo con Panamá, sino también con los países emisores de migrantes. El objetivo sería establecer políticas que reduzcan el flujo irregular y que permitan una gestión más humanitaria de la crisis.
El impacto humano y financiero de la migración
La situación en el Darién no solo representa un drama humano para los migrantes, sino también un desafío económico para Panamá. El país invierte grandes sumas anuales en infraestructura y servicios para atender a quienes cruzan la selva. Sin embargo, Mulino enfatizó que mientras persistan las crisis en países como Venezuela, esta realidad difícilmente cambiará.
Además del impacto financiero, el cruce por el Darién deja tras de sí historias de riesgo, supervivencia y tragedia. La selva, conocida por su terreno difícil y sus peligros naturales, es también escenario de actos de violencia y explotación por parte de grupos criminales que operan en la región.
Cooperación internacional como solución, plantea Mulino
El presidente Mulino concluyó su mensaje con un llamado a la cooperación internacional. Recalcó que la solución al flujo migratorio en el Darién no es responsabilidad exclusiva de Panamá. “Esto no se resuelve con fronteras cerradas, sino con un compromiso real de los países involucrados”, afirmó.
Panamá, pese a sus limitaciones, continúa enfrentando esta crisis con un enfoque humanitario, pero Mulino insistió en que el apoyo de Estados Unidos y otras naciones es crucial para aliviar el peso que recae sobre el pequeño país centroamericano.