Durante la noche de este sábado, la ciudad de Coro fue testigo de un nuevo acto violento que dejó una víctima fatal. Héctor José Antequera, un joven de apenas 18 años conocido popularmente como «Chilito», fue asesinado a tiros en la intersección de la calle Mara y Buchivacoa, cerca de la bulliciosa avenida Sucre. Este trágico suceso, que parece ser parte de un ajuste de cuentas, marca un regreso alarmante a la criminalidad en la región, que había gozado de una breve tregua de más de un mes.
El escenario del crimen del joven
El crimen ocurrió alrededor de las 11:30 de la noche, en un sector que, a menudo, está lleno de actividad nocturna. Testigos indican que escucharon múltiples disparos, seguidos de una profunda oscuridad en la zona, ya que la vida se detuvo momentáneamente ante el horror del tiroteo. Chilito”, que los jóvenes dejaron tendido en la acera, reflejaba la vulnerabilidad de ellos en un entorno donde la violencia parece establecerse como norma.
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Reacción de las autoridades por la muerte del joven
Inmediatamente después de la tragedia, se desplegaron efectivos de la División de Investigaciones de la Policía de Miranda y funcionarios de Polifalcón para asegurar el área y recolectar evidencia. Con un protocolo bien establecido, los agentes mantuvieron el perímetro del crimen protegido hasta que llegó el equipo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) para realizar la remoción del cuerpo sin vida de Antequera. Este protocolo se sigue para tratar de esclarecer lo sucedido y dar con el responsable de la arremetida.
Un patrón preocupante
Este asesinato marca el homicidio número 13 en el municipio Miranda del estado Falcón, un fenómeno que pone de relieve la preocupante escalada de violencia en la región. Adicionalmente, se registra que hay tres muertes recientes atribuibles a letalidad policial, lo que abre un debate sobre la seguridad y el uso de la fuerza por parte de las autoridades. La combinatoria de estos hechos refuerza la percepción pública acerca de la descomposición del tejido social y la incapacidad de las instituciones para ofrecer un entorno seguro a la ciudadanía.
El fallecimiento de Héctor José Antequera representa no solo una pérdida dolorosa para su familia y amigos, sino que también subraya la urgencia por abordar la problemática de la violencia en el estado Falcón. Los ajustes de cuentas, los homicidios y el miedo que envuelven a la sociedad exigen una respuesta colectiva que incluya medidas efectivas para restaurar la confianza en las autoridades y promover ambientes más seguros. La esperanza es que este trágico suceso sirva como un llamado a la acción, movilizando esfuerzos para mitigar la criminalidad y proteger a los ciudadanos, especialmente a la juventud, que se enfrenta a un futuro incierto.