El Tren de Aragua, una de las pandillas más violentas de Venezuela, ha traspasado las fronteras sudamericanas, extendiendo sus actividades ilícitas a al menos 16 estados de Estados Unidos. Este grupo, nacido como una organización carcelaria, ahora actúa en grandes metrópolis como Nueva York, Los Ángeles y Miami, además de zonas rurales inesperadas como Montana y Wyoming. Según el Departamento de Seguridad Nacional, su expansión se ha facilitado gracias al flujo migratorio reciente.
Estados afectados y operaciones criminales del Tren de Aragua
En ciudades como Washington, DC, y Virginia, donde se concentra una creciente comunidad venezolana, las autoridades han detectado actividades que incluyen hurtos, fraudes financieros y tráfico de armas. Miembros del Tren de Aragua, por ejemplo, robaron en tiendas locales en el estado Virginia, y la policía los identificó por sus tatuajes distintivos y documentos de identidad falsificados.
Mientras que en Florida, los esquemas de estafas se han convertido en una de sus principales fuentes de ingresos. Un caso emblemático involucró la extracción de más de $118.000 mediante depósitos falsificados, cuyo dinero fue transferido a Venezuela, mostrando cómo estos delitos financian sus operaciones transnacionales.
Trata de personas y violencia sexual
En lugares como Queens, Nueva York, la pandilla ha sido vinculada con redes de explotación sexual, obligando a mujeres migrantes a prostituirse. Esta práctica no solo evidencia el carácter despiadado de sus operaciones, sino también su capacidad de infiltrar comunidades vulnerables.
Asimismo, en Tennessee, las autoridades han reportado redes de tráfico humano y explotación sexual manejadas por este grupo en ciudades como Nashville. Estas actividades forman parte de un entramado más amplio que apunta a un control criminal que se expande sin restricciones claras.
Tren de Aragua y la colaboración con el narcotráfico
La incursión del Tren de Aragua en el mercado de drogas de EE.UU. representa otro desafío. Enfrentamientos violentos entre sus miembros y carteles locales en estados como Tennessee evidencian su disposición a usar la fuerza para consolidar su dominio en territorios clave. Este comportamiento intensifica el nivel de alerta entre las fuerzas de seguridad estadounidenses.
El arribo de este grupo criminal a Estados Unidos se facilitó por brechas en la seguridad fronteriza y la falta de cooperación entre los gobiernos de EE.UU. y Venezuela. La Patrulla Fronteriza ha señalado que la ausencia de intercambio de información dificulta la identificación de personas vinculadas al Tren de Aragua que cruzan la frontera desde México.
Una amenaza en evolución
La expansión del Tren de Aragua en territorio estadounidense representa un desafío complejo para las autoridades, que ahora enfrentan a una organización que combina violencia, explotación y adaptabilidad. A medida que se intensifica su influencia, los esfuerzos por detener su avance deberán incluir medidas más coordinadas entre ambos países y una estrategia contundente para desmantelar sus redes operativas.