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“No quiero ser venezolano”: el impacto del rechazo escolar en niños migrantes

estudiante venezolano

La migración forzada del pueblo venezolano no solo afecta a quienes dejan sus hogares, sino también a las nuevas generaciones que crecen en un contexto de rechazo y discriminación. Este es el caso de Alirio Sebastián, un niño venezolano que, desde su llegada a Perú, ha enfrentado el desafío de construir una identidad en medio del rechazo escolar. Su historia, narrada por sus padres, refleja las dificultades que enfrentan los niños migrantes para integrarse al sistema educativo peruano y las profundas marcas que deja el acoso.

Un nuevo comienzo con obstáculos invisibles

Alirio Sebastián llegó a Perú con solo un año y medio. Su primera experiencia en el sistema educativo fue en una guardería donde, en lugar de estímulo y cuidado, sufrió maltratos.

Según su madre, Yenifer Gil, el niño regresaba a casa con marcas en el rostro, llorando y temeroso de regresar. Esta experiencia temprana marcó el inicio de un camino lleno de barreras para su integración.

El disfrute de aprender, un respiro temporal

Tras esa difícil etapa, Alirio comenzó su educación inicial en un colegio público, donde, al principio, parecía adaptarse con entusiasmo.

Su madre recuerda cómo disfrutaba de sus clases, despertándose con energía para asistir y lamentando los días sin escuela. Sin embargo, este breve período de tranquilidad se desmoronó al iniciar la primaria en otro plantel, donde el ambiente cambió drásticamente.

El peso para el niño venezolano al rechazo y la violencia

El cambio de colegio trajo consigo una transformación en Alirio. Su actitud alegre fue reemplazada por timidez y rechazo hacia el entorno escolar. La situación llegó a un punto crítico cuando, tras un incidente en los baños de la institución, el niño llegó a casa con su uniforme embarrado y arruinado.

Según relató, fue víctima de agresión física por parte de tres compañeros. A pesar de las denuncias y las pruebas presentadas por los padres, el caso dejó una huella imborrable en la confianza y bienestar del niño.

Identidad del venezolano en conflicto: el impacto emocional del rechazo

El rechazo que enfrentó Alirio no solo afectó su experiencia escolar, sino también su percepción de identidad. Yenifer recuerda con dolor las palabras de su hijo al expresar su deseo de no ser venezolano.

Este rechazo interno es una manifestación del estigma social que los niños migrantes enfrentan en su día a día, tanto en las aulas como fuera de ellas, reflejando un problema más profundo que trasciende lo individual.

Un llamado a la inclusión y la empatía

La historia de Alirio Sebastián no es única. Es el reflejo de una realidad que viven millas de niños migrantes que, en busca de un futuro mejor, enfrentan desafíos que ningún niño debería atravesar. Estas experiencias subrayan la necesidad de políticas inclusivas, sensibilización en las instituciones educativas y un compromiso colectivo para garantizar que los derechos de estos niños no sean vulnerados.

El caso de Alirio Sebastián pone en evidencia los retos que enfrentan las familias migrantes al intentar construir una nueva vida en un país extranjero. En un mundo donde las migraciones son cada vez más comunes, es crucial promover la empatía y la inclusión desde temprana edad, garantizando que ningún niño sea definido por las barreras que el entorno le impone.