El Barcelona se quedó este martes a las puertas de la final de la Liga de Campeones tras caer ante el Inter de Milán (4-3) en la prórroga de una eliminatoria que ya es historia de la competición.
El equipo de Simone Inzaghi supo resistir las embestidas finales de un sublime Lamine Yamal y compitió mejor en los momentos decisivos ante un Barça que jugó a la ruleta rusa. La Champions, indescifrable, premió a los nerazzurri.
Los de Hansi Flick, que llegaron a remontar un 2-0 en contra, vieron cómo los italianos forzaban el tiempo extra a minuto y medio del final con un tanto de Acerbi. Allí, un gol de Frattesi y un Sommer monumental frustraron el sueño culé.
Lautaro “desencadenado”
El partido arrancó con sorpresa: Lautaro Martínez, que parecía baja casi segura, fue titular y no tardó en aparecer. En el minuto 12 aprovechó un pase de Dumfries tras pérdida de Dani Olmo para marcar a placer el 1-0.
Poco antes del descanso, otro error defensivo propició un penalti de Pau Cubarsí sobre el propio Lautaro que el turco Çalhanoglu transformó para el 2-0.
El Barça dominaba la posesión, pero el Inter castigaba cada fallo azulgrana. El descanso llegó con los de Flick obligados a una gesta lejos de casa.
Remontada culé
En la segunda parte el Barça fue otro. Gerard Martín lideró el despertar con un centro medido que Eric García convirtió en gol. Luego, el propio Gerard asistió de nuevo a Dani Olmo para el empate; ya en el 87′ Raphinha, tras recoger su propio rechace, marcó el 2-3 que desataba la euforia blaugrana.
Parecía la remontada definitiva, pero el Inter aún tenía una bala: Acerbi, en una de las escasas llegadas italianas, aprovechó un balón servido por Dumfries para empatar de nuevo, 3-3, en el 90′.
Un gol muy protestado por el banquillo culé al considerar que hubo falta sobre Gerard Martín.
El golpe emocional fue demasiado. A los pocos minutos del tiempo extra Frattesi culminó una gran jugada de Thuram ante Araújo para hacer el 4-3.
A partir de ahí Sommer se erigió como héroe absoluto frustrando a Lamine Yamal, que estrelló un disparo en el palo, y a todo el ataque culé.
El Inter de Milán, como en 2010, vuelve a eliminar al Barça en semifinales. Entonces lo hizo con Mourinho y los aspersores del Camp Nou; esta vez, lo hizo bajo la lluvia del Giuseppe Meazza. Y también celebró por todo lo alto su pase a la final de Múnich, donde ya espera a PSG o Arsenal.
