La Liga Europa acudió al rescate del Tottenham, hundido en la Premier pero capaz de ganar ante el Manchester United su cuarto título continental en una noche donde se echó de menos el fútbol en San Mamés.
Los londinenses volverán la próxima temporada a la Liga de Campeones, cuya final perdieron con el Liverpool hace un lustro. Esta vez no se les escapó la victoria, al derribar nuevamente a un rival al que han superado en sus cuatro partidos en el curso que concluye.
Se desangra el United, que llegaba invicto en el torneo al partido donde esperaba enmendar del mejor modo posible otra temporada nefasta. Una más desde que entró en esta profunda crisis en la que sigue sin ver la luz.
Un afilado centro al área de Sarr desde la izquierda lo peleó Johnson y acabó a la espalda de Onana con la colaboración de su compañero Shaw, casi en la frontera del descanso. Ese tanto terminó por decidir una final carente de atractivos.
Era una final singular por la deriva de ambos equipos a lo largo de la temporada.
Es harto infrecuente que la disputa de un título continental tenga como protagonistas a dos supervivientes en la Premier League, lastrados por un casi infame número de derrotas, incapaces también de asomar la cabeza en cualquier otro torneo doméstico.
Una sangría incesante
Ahí estaba el United, con una historia que admite escasas comparaciones en el fútbol mundial, sometido desde la marcha de Alex Ferguson a una incesante suma de contratiempos en todos los frentes, perdido el sitio en las islas y en Europa.
Similares urgencias afrontaba el Tottenham, sin el halo legendario de su rival, pero también con honores dentro y fuera de Gran Bretaña y recursos para ocupar un espacio menos sombrío del que le había tocado.
Tardó Amorim en mover el banquillo y buscar soluciones a un marcador que el Tottenham interpretó como una buena excusa para acomodarse en su propio terreno, sin el carácter reactivo que manifestó con la igualada a cero.
Con poco, el Tottenham se aproximaba a su primer título europeo desde que en 1984 ganó por segunda vez la Copa de la UEFA.
Resistió el Tottenham hasta el cabezazo de Shaw que despejó Vicario, ya en los estertores de la prolongación.
Aún habría para un remate de Casemiro, pero la victoria se la llevó el Tottenham, resarcido de sus penurias ante un United que se sume en las tinieblas.