El Día de la Virgen de Chiquinquirá volvió a llenar de fe, música y tradición las calles de Maracaibo este 18 de noviembre, cuando miles de feligreses de todo el país se congregaron para honrar a la Reina Morena. La celebración, que marca 315 años de devoción zuliana, reunió a familias enteras en la plaza de la Basílica, donde los devotos cumplían promesas y agradecían favores recibidos.
Desde tempranas horas, los marabinos acudieron a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá vestidos con trajes típicos, velas en mano y cantos que expresan la profunda conexión emocional y espiritual con su patrona. La atmósfera estuvo marcada por la alegría, la fraternidad y el fervor religioso que caracterizan esta festividad.
La Serenata a la Chinita marcó el inicio de las celebraciones
Las actividades comenzaron en la víspera, el lunes 17 de noviembre, con la tradicional Serenata a la Chinita. La Sagrada Reliquia salió al pórtico de la Basílica para recibir “Las Mañanitas”, acompañadas por la Salve y el repique de campanas.
Este momento, considerado uno de los más emotivos, sirve como antesala al día principal y recuerda la milagrosa renovación de la Reina Morena, evento que se celebra cada año con la misma devoción que ha trascendido generaciones.
La historia de La Chinita: un hallazgo que marcó a Maracaibo
El origen del Día de la Virgen de Chiquinquirá se remonta a 1709, cuando una lavandera encontró una tablita flotando en el Lago de Maracaibo. Días después, el 18 de noviembre, escuchó varios golpes en la pared donde había colgado la tabla. Al revisarla, descubrió que la madera mostraba claramente la imagen de la Virgen María.
Este momento fue interpretado como un milagro y dio inicio a una tradición que hoy forma parte esencial de la identidad zuliana.
Fe, gaitas y tradición en las calles de Maracaibo
A lo largo del día, la ciudad se transformó en un escenario lleno de color y cultura. Las calles se llenaron de gaitas, desfiles, bailes y actividades que permiten a los marabinos expresar su devoción a través del arte y la música. La Basílica se convirtió en epicentro de plegarias y agradecimientos, mientras que las plazas y tarimas reunieron a miles de personas en un ambiente festivo.
La gastronomía también fue protagonista. Las tradicionales arepas zulianas, hallacas, pasteles de chucho, majaretes y conservas de coco formaron parte indispensable de la jornada, acompañando los encuentros entre familiares y amigos.
Un día para celebrar la fe y la unión
Más allá de lo religioso, el Día de la Virgen de Chiquinquirá es una jornada que fortalece la identidad zuliana, promueve la unión familiar y revive la cultura regional. Es un día de encuentro y hermandad, donde la fe se mezcla con la alegría y el orgullo de pertenecer a una de las tradiciones más emblemáticas de Venezuela.
En cada abrazo, en cada canto y en cada promesa cumplida, se reafirma la devoción hacia la Reina Morena, un símbolo espiritual que ha acompañado a los zulianos por más de tres siglos.





